Un cumpleaños diferente


Pasan siete minutos de las 20.00h y en mi casa hay un silencio abrumador. El salón está vacío, no se oye el brindar de las copas ni las carcajadas de otros años. La cocina tiene la placa apagada, el horno se encuentra en stand by y la freidora está guardada en su sitio sin unas croquetas que hacer.

Es 22 de abril de 2020 y no ha sido un cumpleaños “relativamente al uso”.

Normalmente a estas horas mi casa estaría llena de familiares con los que compartir una buena mesa y anécdotas para llenar un libro y, por la tarde nuestro piso hubiera sido un ir y venir de amigos y conocidos que se hubieran acercado a tomar un café con pastas o su trocito de tarta correspondiente. Pero como bien me ha dicho tita Ana hace unas horas “quedá pendiente”, por supuesto.

La cama de mi cuarto- no me preguntéis porque siempre mi cuarto ha hecho de guardarropa para los invitados- no se está llenando de abrigos. Mi madre no ha hecho su famoso pastel de puerro con gambas que triunfa en cada cumpleaños y su tortilla de patatas que a mi abuelo le sabe tan rica. En vez de ello se encuentra en el despacho de casa venga corregir tareas. Mi padre, por su parte, no ha ido a comprar la típica tarta de cumpleaños de Taberna que tanto nos gusta para este día tan especial y acaba de llegar a casa después de estar trabajando todo el día. Mi hermano no está adecentando la mesa del comedor y ha decidido hacer un poco de ejercicio a falta de gym y a falta de gente en casa. Y yo no estoy recibiendo a los invitados uno a uno con una sonrisa de oreja a oreja en mi cara. Me encuentro aquí; contándoos algo que no ha sucedido.

Ha sido un cumpleaños diferente, distinto, atípico, extraño, raro… No me atrevería a decir si mejor o peor que los anteriores porque ha sido un día que- a pesar de que no tuviera ninguna expectativa- desde las 09.30h que me he levanto ha ido in crescendo minuto a minuto, mejorando segundo a segundo.

Como digo, mi aita acaba de llegar a casa y se escucha la televisión de fondo mientras escribo estas líneas. No sabría deciros si está viendo Boom! o ya ha cambiado a Aquí la tierra, pero en este momento eso es lo de menos. Esta noche supongo que cambiaremos todo eso que hubiéramos cenado cualquier otro 22 de abril. Una ensaladita en vez de la pizza que suele acompañar a la infinidad de entremeses y canapés y una tortilla francesa vuelta y vuelta en lugar del enésimo plato que hubiera sacado mi ama- albóndigas, ajoarriero… lo que tocase- una vez que todos estuviéramos llenos de tanto picar esperando a que nos sentáramos en torno a la mesa. (A dos mesas para ser exactos, que en una no cabemos todos).

Pero dejemos a un lado lo que no ha sido y vayamos a lo que sí ha pasado que ha sido lo realmente guay y emocionante.

Mientras me siguen llegando las felicitaciones- los excompañeros del Alaitz del año pasado como Eneko, Amaia, Ainhoa y Uxue me están escribiendo ahora- una vez me he levantado y tras haber recibido anoche el mensaje de Eñaut Aldasoro e Iker Ibero he contestado a Raquel Espuelas, a mis tías Isabel, Jose e Inma y a mi tío Juan Carlos, a Iñaki Malangré, a Daniel Gárriz y a Conchita Arroyo, que han sido los que más han madrugado.

Las siguientes han sido Ana Otaegui y Ana Pelegry, que no han querido fallar y han decidido hacerme un video ya fuera comentando el tiempo o cantándome el cumpleaños feliz. La primera de casa ha sido la ama. Mi hermano Iñaki ha sido el segundo. Mi padre, el tercero.

Un desayuno rápido y he escuchado el mensaje que me han grabado para antes de las 09.00h mis abuelos maternos y mi tía. A eso de las 12.00h hemos hecho una videollamada muy guay y es que ver a tus abuelos- aunque sea telemáticamente- tiene su punto. La videollamada con la otra abuela- a pesar de haber hablado largo y tendido antes de comer-, ha sido por la tarde.

Pedro Doria, unos de los integrantes del grupo de jóvenes, es uno de los que también ha esperado a esta hora para felicitarme, pero Laura Samayoa, Iñaki Blanco y Koldo Esteban lo han hecho en efecto dominó a eso de las 10.15h.

Tras ello- y a lo largo del día- Iaione de Bilbao, Iñaki Zaratiegui, Claudia Valente, Uxua García, Michel Menéndez, Isabel Jiménez- Reid, Mari Carmen Flamarique, Ana Blanca Gay, Gema Pardo y Charo Zaratiegui han hecho lo pertinente por Facebook y las felicitaciones de las integrantes del coro no se han hecho esperar: María Antonia, Eva, Ana, Elena, Ione, Ascensión, María Luisa, Cristina, Yakelyn, Julia…

De Jaso también han querido molestarse en escribirme Andrés Sáez, Jone Pozueta, Joana Igea, Andrea Oskariz, Aitor Aristu, Goren Sáenz de Pipaón, Uxue Ezpeleta, Amaiur Gesta, Arantxa Iriarte, Olaia Beaumont, Irati Preciado, Ander Oroz, Fermin Elizalde, Andrea Ayerdi y Cristina Iriarte.

Por la mañana los amigos de Sarriguren también han querido tener un detalle conmigo así que desde Manuel Owono a Javier Ecay también me han felicitado Ángel, Miguel e Íñigo.

¡Pero si por llamar, me ha llamado hasta una amiga de mi abuela paterna desde Barásoain! Frantxo Pérez desde Carcastillo, Rakel Mendioroz desde Zizur, María Romero desde Tafalla, Aitziber Leoz desde Alsasua, Naiara Adín desde Puente la Reina, Laura Antón desde Vitoria- Gasteiz, Amaia González de Echávarri desde el supermercado, Leire Muñoz desde mi mismo barrio, María Gárate desde su ventana del patio- casi- y mis primas y mi tío desde el mismo patio.

En definitiva, que no me puedo quejar. La foto que veis junto a estas líneas es de la comida de hoy porque a pesar de que no hayamos tenido invitados físicos, la comida de mediodía ha sido mayúsuculascon bizcocho, tarta casera y helados incluídos.

Y hoy, antes de terminar-, que Ander Oroz, Fermín Elizalde, Joana Igea y Andrés Sáez (aunque hoy le toque descansar) me están esperando para jugar al parchís. A ver si pasamos un buen rato y concluimos este día echándonos unas risas- aunque os agradezca a todos que me hayáis hecho llegar vuestros mejores deseos para este día sí que me gustaría remarcar unos pocos nombres. El de María Romero y Naiara Adín, por no fallar nunca y por escribirme más largo que de costumbre. El de Aitziber Leoz, por ser tan madrugadora y porque con tan pocas palabras era imposible decir tanto (que haya sido en euskera me ha flipado). A mis Anas (Pelegry y Otaegui) por sus vídeos. A mis abuelos por sus videollamadas. A mi Laura Antón por su videollamada a las 23.00h pasadas y a Leire Muñoz porque lo que me ha escrito hoy- que lo ha hecho para emocionarme y para que lo leáis uno de estos viernes en el TEVDA, que nos conocemos,- ha sido la mejor felicitación y más larga que uno pudiera desear. ¡¡GRACIAS a todos, de veras, de corazón!


El viernes que viene más. ¡Buenas noches familia!


Joseju Aranaz (@jjaranaz94)

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