Tras el valle de Aranaz

Me parece que Iker Ibero y sobretodo Eñaut Aldasoro os podrán decir que la Filosofía en 2º de Bachiller no iba mucho conmigo; no se me daba excesivamente bien, pero no podría estar más de acuerdo con Nietzsche- que creo que se escribe así- con respecto a la frase que he elegido para titular este septuagésimo cuarto programa . El pasado martes 22 de noviembre fue Santa Cecilia, patrona de los músicos, y me veo en l a necesidad- por así decirlo- de escribir acerca de ello. El año pasado 22 tocó domingo y lo pasé en Carcastillo; primero cantando en misa de 12 y luego con una gran comida de todo el coro en La Teresita ( os recomiendo leer aquel artículo pinchando aquí .) Este año la comida será pasado mañana, pero ando tan liado que dudo mucho que bajemos. El año pasado por estas fechas- lo podéis comprobar pinchando en el link del artículo-, y también por ser Santa Cecilia, le dediqué un programa al ya extinguido Madi´s Moment y me parece que este año lo voy a volver a h

Acabo de salir del funeral del abuelo de una amiga, y si os digo la verdad en los últimos compases de la eucaristía hasta he llorado de la emoción. Y si a eso le sumas que estoy viendo las fotos de cuando unos desconocidos- por aquel entonces- fuimos a Roma, el cóctel es explosivo. La llorera que llevo encima es importante. La nostalgia se hace eco de los recuerdos, a la vez que las lágrimas inundas mis pupilas de recuerdos que la retina mantiene intactos. Lloro, pero no solo de pena, también de alegría, porque estar viendo esas fotos mientras escribo estas líneas- aunque parezca mentira, soy hombre y puedo hacer dos cosas a la vez- es muy emotivo.   Han pasado ya la friolera de cuatro años desde ese momento en el que acabé la selectividad- aún sin saber las notas ni nada- y fui para San Raimundo porque teníamos la reunión de antes de irnos a la llamada Ciudad Eterna. Yo tenía el corazón en un puño tras haber realizado el examen de Literatura Universal. Me acuerdo la envidia que

Me pasaba la temporada pasada tras ver Cuéntame y me pasa esta temporada tras ver V é lvet . No os imagináis la paz que me trasmiten esta dos series de época. El punto dramático de ambas hace que me encuentre conmigo mismo y que los artículos de los viernes sean un poco más humanos y sinceros. El viernes pasado no me atrevía a vaticinar de lo que hablaría hoy, pero el lunes avanzamos que hoy empezarían los especiales desde Roma. Claramente, nos equivocamos, porque la actualidad es la que manda y durante estas dos semanas atrás han ocurrido muchas y diferentes cosas que hoy me gustaría comentar. Preveo que los especiales desde la llamada Ciudad Eterna los estrenaremos el próximo viernes 18, pero para que no nos pase como a El club de la comedia en laSexta- dar hasta tres fechas diferentes para su estreno con Ana Morgade- no diremos nada. Hoy, os traigo en un tono distendido diferentes cuestiones que doy por seguro que os van a gustar. Por ejemplo, ¿no os pica la curiosidad de

No voy al cine. Es un hecho. Más o menos triste, es algo objetivo y sincero. El porqué no lo se ni yo. Supongo que nunca me ha llamado la atención y es que la pequeña pantalla siempre me ha gustado más. Hace unos días me juntaba con un excompañero y me decía que a él tampoco le gustaba ir al cine, porque en unos años emitirían la película en abierto, aunque eso sí, con publicidad. A mí no es que no me guste el cine, pero no me llama mucho la atención. Cuando emiten alguna película en la televisión rara vez me veréis viéndola. Soy más seriéfilo, pero voy a hacer un pequeño esfuerzo “por vosotros”. En los primeros programas de esta temporada dije que una vez al mes iba a recomendar un libro de lectura y quizás también recomiende alguna que otra película en el mismo intervalo de tiempo. Para que luego me digan que no invierto en este programa… La última vez que fui al cine a comer palomitas (porque lo de la película es una excusa) fue el 5 de abril del 2014, e Isabel y yo vimos O