Tras el valle de Aranaz

  Este es el tercer y último artículo de la presentación de la 14ª temporada (empezada hace casi dos meses, pero bueno...) y de nuevo tenemos que retomar el escribir en el punto donde lo dejábamos hace 21 días. Terminamos hablando de las historias que quiero contar vividas en el Alaitz como maestro y en Jaso como estudiante (hay muchas y muy buenas; las de mis alumnos sobre todo) y los meses estivales de julio y agosto no es casualidad que haya recordado los mejores artículos que he escrito “desde” los cuatro colegios en los que he trabajado. Cada vez os conozco un poquito mejor (y viceversa, espero) y sabía que este verano recodar estos artículos iba a ser un éxito seguro. Más de 90 000 personas os habéis pasado por el blog en verano. Os va el morbillo, que lo sé, como a todos; y aunque a mí me resulten de esos que pueden llegar a tocar la fibra sé que os ha gustado leer las historias de cuando daba clase. Pero tampoco querría incidir hoy demasiado en ello. Ya tendremos tiem

  Al escondite inglés, a la soka tira , a las canicas… quien más y quien menos todos hemos jugado más de una vez a todos estos juegos que este principio de curso se han vuelto a poner de moda. Quizás nunca se fueron, ya que ahora mismo recuerdo que hará unos meses yo jugaba con mis alumnos de 3º de Primaria de Sarriguren en el patio del colegio a eso del “un, dos, tres; al escondite inglés” a pesar de que nosotros lo lleváramos a cabo con el “carabí carabá que miro ya”; el “luz roja, luz verde” actual. Y como digo, a pesar de que quizás nunca desaparecieran- sobre todo el curso pasado por no poder tener contacto con el resto- este curso se ha unido a todos ellos, uno más: El juego del calamar . El último juego al que juegan como “juego final”- valga la redundancia por tres- los que llegan a ese punto en la serie revelación de la temporada. Esta tarde, porque ya veis que hoy hemos estrenado el 276º TEVDA a las 19.00h- el próximo viernes también lo haremos a estas horas-, me gustarí

  Desde el 11 de octubre no publicaba un post de fiestas . Pero no hablo de este pasado lunes, sino del de hace dos años; del de 2019. Dos años exactos- más cuatro días, vale…- han pasado desde que tuve que dejar forzosamente de escribir esta clase de artículos. La pandemia nos obligó a todo ello, pero ya estamos de vuelta. Carcastillo ha sido la primera localidad navarra en celebrar unas fiestas post- pandemia con un programa festivo. No han sido las fiestas grandes (las de agosto), pero han sido las patronales (las de la Virgen del Rosario). En comparación con otros años lo más destacable ha sido el número de encierros, que han pasado de dos a cuatro; la supresión del cohete, de la Salve, de las auroras y del toric… ¿y del tórico de fuego? No. No estaba en el programa, pero hubo. Y es que en momentos como los del sábado fue cuando la ilusión de  Frantxo Pérez pudo más que el presupuesto del ayuntamiento carcastillejo para que (aunque fuera sin borrachos) pudiera celebrarse. La

  Lo decía hace hace ya un par de semanas , y hoy estrenamos “oficialmente”- porque no hemos hecho todavía ningún programa introductorio- la de 14º temporada del TEVDA y lo hacemos tras un verano donde ha predominado el deporte gracias en gran parte a los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020, que aunque fuera un año tarde, pero llegaron. Con una Eurocopa que se celebró allá por un lejano mes de julio- quién lo pillara a estas alturas- y creo recordar que ganó Italia aunque no sabría deciros contra quién. La selección española cayó en semifiales contra los azzurros y quizás sea por eso que me suene. Pero como digo, es algo que queda muy lejano, ya que entre otras cosas hace mas de un mes que la liga Santander- la primera división de toda la vida- regreso al fútbol nacional. Y quizás lo más importante del estreno de una nueva temporada del campeonato de la liga española no haya sido el fútbol en sí, sino la vuelta de los aficionados a los estadios. Vale que Ramos y Messi se han ido del Ma

  Hace unos días- el jueves de la semana pasada por ejemplo-, Raquel Espuelas y yo compartíamos un café mientras fantaseábamos con que nos tocase la lotería (el euromillón para ser exactos). Pero para que nos tocara había que jugarla, así que en esas hemos estado durante dos días. Jugando 2,5€ para que nos tocasen 130 o 143 millones de euros, pero la suerte nos ha sido esquiva. “Tenemos salud” me ha espetado la amiga- repito , AMIGA- al mismo tiempo que le he dicho que eso es lo que dicen los pobres y los que tampoco tienen amor. Y así andamos ambos, sobreviviendo a la vida. Yo no soy el que os vaya a decir que el dinero dé la felicidad, pero tampoco lo contrario. Y creedme que una persona no va a estar igual de triste en un pisucho, en su chalé de Galapagar o en su mansión de París. No seamos ingenuos. ¿Os acordáis de lo que lloró Messi antes de irse al PSG, no? Vale que a todos nos dio mucha pena ver llorar al argentino, ya que el “pobre” no podía permitirse dejar de cobrar