"Pedazitos" de mi (VIII)


Es 5 de julio. Bueno… ya es día 6, que pasan cuatro minutos de las 00.00h. Parece mentira que vaya a decir yo esto, pero como diría mi madre… “es la primera vez que me siento en todo el día”. E igual tampoco tiene mucho mérito teniendo en cuenta que acaba de empezar este día 6, pero ya nos entendemos ¿no?

Me dispongo a escribir uno de los reencuentros más especiales para mi porque por primera vez y tras casi 200 programas- aunque igual sea demasiado correr- el protagonista va a ser mi hermano; Iñaki Aranaz. Y lo voy a escribir a estas horas porque Iñaki llegó anoche (día 4) tras haber pasado por tercer año consecutivo 12 días en Roma- ¿igual nos escribes algún artículo de tus tres años?- y porque hasta las 23.30h he estado dando una vueltilla por la calle en la que he tenido la ocasión hasta de encontrarme con Javier López (Izcue, de segundo, por si queréis más datos, que estudió conmigo en Jaso).

No sé como lo voy a hacer porque no hemos estado en todo el día. 1. Porque tenía que bajar a Carcastillo a por la ropa blanca para mañana- este año espero que me quepan los pantalones del año pasado- y 2. Porque Iñaki también tenía otros reencuentros con personas entre las que no podía faltar Claudia Valente.

Supongo que para vosotros será ya septiembre- si me he demorado mucho quizás sea octubre, espero que no…- pero teniendo en cuenta que en verano no hago- más bien “no publico” porque hacer, como veis, sigo haciendo- TEVDAs habéis tenido que esperar hasta ahora.

Quizá(s) a estas alturas a Iñaki ya le haya dado la oportunidad de leer el programa, pero en este momento en el que escribo estas líneas aún no. Le he dicho que estaba escribiendo sobre él para un artículo- que acaba de llegar a casa y me ha pillado con las manos en el teclado- pero tampoco le he querido contar mucho más. Que ya lo leería le he dicho y se ha medio conformado. Me ha explicado un poco los planes que tiene para estos próximos días festivos y ya.

También hemos hablado un poquito sobre La verdad de Elena Rivera y Jon Kortajarena, que cuando se fue a la Ciudad Eterna le dije que le esperaría para verla a la vez- como en su día hicieran los padres de Aitziber Leatxe con ella con respecto a la Sin identidad de Megan Montaner y Miguel Ángel Muñoz- y aprovechando que no vamos a ir ninguno de los dos al Chupinazo- llamadnos tristes si queréis- hemos decidido que la veremos después.

Pero vamos a empezar ya a contar cómo fue el reencuentro a pesar de que no haya mucho que decir. Pero es mi hermano ¿no? así que algo se me ocurrirá si no.

Total, yo que me había propuesto- y lo había conseguido- llegar a las 20.00h a casa para tener la ocasión de ir a buscar a mi hermano al aeropuerto de Noain porque llegaban a las 20.45h, me dice mi padre que se va con mi ama y que yo no puedo ir porque no cabemos todos en el coche ya que con Iñaki van a venir dos compañeros más.

La cara que se le queda a uno es indescriptible- si hubiera habido foto sería genial, pero no la hay-, pero en fin; “ajo(derse) y agua(ntarse)”, no había otra.

Nada más vernos sonó el típico “iiiiii” con el que nos saludamos- el “hola” es muy esporádico- y poco más.

Y a partir de aquí vamos a escribir algo un poco más sentido porque no nos lo decimos, pero nos queremos y mucho. Por eso, desde aquí ¡GRACIAS!


A veces tan iguales y otras tantas tan diferentes. Dicen que quien tiene una hermano tiene tesoro. Digamos, que es mucho más que eso, es un mapa, y que cada momento con él es un pequeño tesoro que vas encontrando y guardando. Y que, un día, muchos años después, te das cuenta que todo ese tiempo juntos es la fortuna de tu vida.

Él es tu pilar, en los malos momentos y en los buenos. Porque las grandes noticias también hay que compartirlas, y sobre todo, celebrarlas. En eso no es que seamos expertos, pero la alegría está ahí. Él es tu compañero de juegos y hazañas, será quien te guiñe un ojo jugando al mus- si es que alguna rara vez quiere jugar contigo- y quien se ría ante tu chiste malo. Aunque sólo sea con un “Ja- ja” irónico. Pero esto suele ser al revés, ¿no?

Será quien se monte en el sillín de atrás de la bicicleta y el primer copiloto ante tu carnet de coche recién aprobado. Aunque a este paso… Será quien se inventará la coartada perfecta y será quien te ayude a enterrar el cuerpo si algún día se te va de las manos. Es broma, pero sabes que podrías contar con él. Eso espero Iñaki…

Y más de un día nos encontraremos revolviendo el fondo de armario del otro, aprovechando que ahora tenemos la misma talla. ¡Con todo lo que me he puesto desde que te fuiste a Roma! Y puede que nos quitemos la razón, que nos cerremos la puerta en las narices, que nos escondamos el cargador del móvil allí donde no podamos encontrarlo- aunque esto ya no lo hagamos-... Porque él sabe todo lo bueno, pero también sabe todo lo malo. Sabe tus puntos débiles pero- y poniéndome muy pasteloso, permitídmelo hoy- desconoce que él es uno de ellos.

Y es él, quien correteaba contigo por los pasillos de la casa, y pensabas que nunca iba a crecer. Y para ti, de algún modo, nunca lo hará. El “niño” con el que me refiero a él cada dos por tres da fe de ello.
 
Habrá tantos y tantos momentos en los que nos necesitemos mutuamente... A partir de ahora nos vamos a dar cuenta de lo mucho que nos importa la forma de pensar del otro. y, te diré algo, siempre uno de las dos se hará el interesante cuando le pidas un abrazo.
 
Por eso, hoy- quizás ya mañana- te lo voy a recordar.

Por nombrar alguna de nuestras hazañas podríamos hablar sobre una que recordaba hace ya algún tiempo Izaskun Sesma en Facebook. La de separar nuestras camas cuando compartíamos cuarto y hacer una especie de túnel o pasadizo secreto antes de que nuestros padres se levantaran el fin de semana y el escondernos debajo de la mesa cuando los oíamos poner un pie en el suelo. El jugar a gigantes con sillas, a jugar a fútbol en tu cuarto actual a pesar de que los cristales más de una vez corrieran demasiado peligro o las chorradas por las que nos reímos día sí y día también. Reírnos- o reírme- “la vida” por cosas que quedan para nosotros.


¡Que eres flamante “loca” y que te quiero aunque no te lo diga!

PD: Y que lo mismo te digo una cosa como la otra. Que muchas veces eres muy pesado y que me desesperas. Para que no te vengas muy arriba.

Y nos vamos, que a muchos ya os ha subido demasiado el azúcar. El próximo viernes más. Aunque dudo que sea mejor que lo de hoy.


¡Feliz fin de semana! Gabon.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Mariposillas en el estómago (o algo así)

A mis abuelos; a los cuatro

"Alba" (crítica)