"Pedazitos" de mi (X) - Convivencias (I)

- ¡Pásalo bien!

No tengo intención de ponerme profundo y reflexivo de más, pero no sé si voy a conseguirlo.

Acabamos de despedirnos tras haber pasado 24 horas juntos. 25 para ser exactos, que este fin de semana ha sido el del cambio de hora y a las 03.00h hemos tenido que retrasar el reloj a las 02.00h. Que nosotros hiciéramos el cambio a las 23.00h de la noche después de cenar, poco tiene que ver. Es 27 de octubre.

Hemos estado en Orísoain, y no tengo ni la más mínima idea de como voy a resumir estas 24 horas. Y quizás “resumir” no sea la palabra correcta porque la intención de hoy no es la de contaros si anoche cenamos hamburguesas con patatas fritas o si esta mañana hemos desayunado café con tostadas. Ni siquiera deciros que ayer por la tarde estuvimos jugando a cartas antes de cenar.

Mi objetivo es contar todo lo que me ha transmitido este pueblo de la Valdorba entre las 12.00h de ayer y las 12.00h de esta mañana. Y quizás ni eso si quiera. Porque más que el pueblo, quisiera reflejar todo lo que me han trasmitido Raquel, Laura, Iñaki, Koldo y mi hermano. Espuelas, Samayoa, Blanco, Esteban y Aranaz respectivamente.

No sé si habré conseguido titular esto como la décima entrega dentro de los PedaZitos de mí, porque no sé sí voy a lograr hacer referencia a todo lo que me han trasmitido estos cinco compañeros y amigos. Y no porque no me vea capaz, sino porque tengo tantas cosas en la cabeza que no sé ni como empezar a plasmarlas ante el abismo del folio en blanco.

Han sido una mañana y una tarde (aunque en orden inverso) para reflexionar, para conectarse con uno mismo- y con el resto-, para filosofar más de la cuenta, para preguntarnos por cosas como si fuéramos a arreglar el mundo en una noche con lo que nos preocupa (a cada cual en su burbuja imaginaria, pero como si hubiera una burbuja común en la que estábamos todos). Para preguntarnos si el destino de cada uno de nosotros estará escrito en las estrellas (fugaces, sin duda alguna) y si eso fuera así si estaría en nuestras manos (a la hora del Padre Nuestro, tampoco dudéis de esto) cambiarlo.

Y si no habéis pasado estas horas con nosotros, no os preocupéis si no habéis entendido todo.

Y como no tengo ni la más mínima idea de como empezar, lo voy a hacer dándoos las gracias. A todos y a cada uno de vosotros. Por haberme dado la capacidad de hablar de cosas que jamás me había planteado y que nunca hubiera pensado hablar con ninguno (a veces hablando de más “gracias a” Blanco, a mi hermano y a Laura, pero bueno...).

Gracias a Blanco por todos los momentos de risa compartidos, porque aunque haya sido una convivencia dirigida a la reflexión también ha habido ocasión para reírnos, para discrepar en algún punto (matices que no se pueden explicar por escrito) y para abrazarnos como si nos conociéramos de toda la vida, tras haber compartido tan solo unas pocas palabras antes de estar en Orísoain. ¡Gracias también por la patatas por cierto!

A mi hermano, gracias por haber querido compartir esta experiencia conmigo y con el resto de los “adolescentes” del grupo. Y digo “adolescentes” porque según dijo la radio, hará unos días, la juventud llega pasados los 29 años y 3 meses de vida, y de momento solo Koldo ha llegado a esa juventud que podríamos llamar “científica”. Bien sabes todo lo que significas para mi. Te lo dije en su día (podéis releerlo pinchando aquí) y tampoco es cuestión de repetirme.

En el día de hoy la figura de Koldo me gustaría dejarla a un lado, ya que supongo que habrá ocasión de escribir sobre él más adelante (¿quizás junto a Tita Ana y Rosalía?) y me gustaría centrarme un poquito más en Raquel y en Laura, de las que en un principio tenía la intención de escribir un "espeZial" de estos.

Raquel siempre me dice que soy tan sincero que digo todo lo que se me pasa por cabeza, que no tengo filtro y esta noche no te voy a decir que no sea verdad. Tampoco te voy a decir que no sea mentira (y reflexiona si quieres sobre esto, porque tiene su miga) pero supongo que todo el mundo (¡hasta yo!) tiene cosas que se guarda para sí mismo y que no las dice por diferentes motivos en los cuales no me gustaría indagar en este momento más de la cuenta.

Y quizás esta teoría la desmonte con algo que no te dije en octubre de 2018 Raquel, pero lo voy a contar. Para que la gente vea mi filtro.

El grupo de “jovenes”- lo formamos las personas que hemos nombrado anteriormente junto a Pedro Doria- lo pusimos en marcha el año pasado por estas fechas. Raquel y yo éramos “los nuevos” y cuando la amiga me dio dos besos, me sorprendió que me dijera algo como “¡Hombre Jose Julio! ¿Qué tal?”. Yo contesté con un escueto “Bien”, porque en ese momento me quede cortado pensado “¿Esta chica de qué me conoce?”.

Te lo digo a través de estas líneas porque supongo que me dará corte decírtelo a la cara, pero hasta pasadas unas horas no tuve la más mínima idea de quién era la chica que tenía sentada al lado. Por qué no me sonaba tu cara (cosa inexplicable también) y por qué tú sabías de mi cuando yo no sabía (supuestamente) nada de ti.

¿Pero por qué digo “supuestamente”? En fin… Que la semana que viene- o dentro de unos viernes...- más. Continuará.

¡Muy feliz fin de semana familia!


Joseju Aranaz (@jjaranaz94)

Comentarios

Entradas populares de este blog

Mariposillas en el estómago (o algo así)

A mis abuelos; a los cuatro

"Alba" (crítica)