Dichos de madre (IV): "Cuando tengas los 18 harás lo que quieras"


Creo que os lo dije la última que os propuse un dicho de estos y hoy os lo voy a volver a repetir. No os fiéis mucho de una madre. Y menos cuando os diga este tipo de cosas.

El de hoy es uno de esos dichos que podríamos denominar como “cambiantes”, porque a medida que vas cumpliendo años ves venir que esto no va a hacerse realidad. Sobre todo si tienes hermanos mayores. Yo no os lo puedo corroborar pero supongo que Iñaki sí.

Me explico.

Resulta que tú, osado, valiente, iluso... vas camino de los 18 con la cabeza más alta que nunca y cuentas los días- casi como si fueras María Romero- para que cumplas tu mayoría de edad para hacer lo que te dé la gana, pero ahí está tu madre para que bajes de la nube a la que ella misma te ha subido y para que te diga: “mientras vivas bajo mi techo harás lo que se te diga”, y todo tu gozo queda en un pozo.

Ahí te das cuentas de que tienes que seguir estudiando para prepararte para la vida laboral y te dices a ti mismo de que cuando ganes tu primer sueldo te irás de casa y te alquilaras algo por tu cuenta, pero la verdad es que como en casa de una madre no estarás en ningún sitio. Y os lo digo yo, que llevo trabajando desde hace más de tres meses a jornada completa y sigo viviendo en el mismo lugar en el que llevo 25 años.

Durante los tres especiales anteriores (podéis leerlos pinchando aquí) me he metido mucho con todas nuestras madres, pero igual es uno de esos días en los que sería conveniente romper una lanza a favor de ellas.

Que este próximo domingo se celebre el día de la madre y que nosotros estrenemos este programa hoy no es casualidad, y es por eso que a parte del dicho hoy sea un buen momento para dar las gracias a todas las madres. Yo, en especial, a la mía, pero creo que se le podría aplicar a cualquiera.

Considero que el cariño de una madre es incomparable y sobretodo excepcional. Deberíamos darles las gracias por su atención y su amor incondicional. Por esos nueve meses que compartimos y por todos los años que los han seguido y que nos quedan. Por todo su tiempo y todos esos momentos a su lado.

También tendríamos que agradecerles todos esos biberones que se convirtieron en bocadillos, todos los días. Por su insistencia. Siempre día tras día. Por enseñarnos a dar los primeros pasos y asegurarse de que fueran fuertes. Por enseñarnos a atarnos los cordones, a usar el cuchillo y el tenedor, a usar el cepillo de dientes, a peinarnos- aunque cada vez sea más difícil-, a vestirnos. Y por ser nuestras maestras particulares. Y es que las cosas que parecían tan complicadas se hicieron simples gracias a ellas y a su ayuda. Siempre dispuestas a solucionar todos nuestros problemas. Y que todos nuestros miedos desaparecieran cuando apareciesen ellas.

Sólo ellas encuentran lo que perdemos y nos dicen eso de… “Como vaya yo y lo encuentre...”- aunque esto ya sería otro dicho-. Se encargan de que, ante todo, no perdamos la sonrisa. Deberíamos darles las gracias por sus lecciones, muchas de ellas han sido duras, y sé que ante nuestras lágrimas ellas han sufrido mucho más. Pero nos habéis preparado para la vida, y para derramar muchas menos de las que nos esperan. Aunque eso luego conlleve un “te lo dije” o ante todo un “tu verás”- variante de “haz lo que te de la gana” que viene a querer decir “haz exactamente lo que yo te diga”-. Agradecer también el soportar nuestros días malos, y por hacernos ver que huir de los problemas no iban a hacer que desaparecieran. Por sus noches en vela y por cada muestra de cariño. Sentirnos queridos es la mejor sensación que se puede disfrutar.

Gracias ama.

Sabes que estas palabras son sólo eso, palabras. Que cada día debería demostrarte con actos lo agradecido que estoy por todos estos años de incansable esmero para convertirme en un “hombre”- que diría Javier Ecay- capaz de enfrentarse al mundo. Que un regalo el Día de la Madre- si lo hubiere- no implica que sólo ese día me acuerde de ti, ni el día de tu cumpleaños, ni en Navidad.

Y podríamos comentar un sinfín de cosas más pero creo que por hoy ya es suficiente.

Algunos nos dirán que deberíamos hablar- escribir en nuestro caso, no me seáis puntillosos- sobre las elecciones del pasado domingo, la genialidad de ASKE!- el musical que ha estrenado esta mañana la Ikastola Jaso de Pamplona-, las últimas novedades en televisión y la proximidad del ascenso del Club Atlético Osasuna. Ojalá tengamos tiempo de hacerlo el próximo viernes, porque aunque lo creáis o no, “volveremos otra vez”- y esto va con segundas, con más “primeras” que nunca-.

Os esperamos el próximo viernes, pero antes, como siempre, daros las gracias por estar al otro lado porque esto sin ustedes carecería de sentido y no sería posible.
 

¡Feliz fin de semana!


Joseju Aranaz (@jjaranaz94)


 




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