Un cuarto de siglo


No os imagináis las ganas que tenía de volver a reencontrarme con vosotros. No sabéis el anhelo que tenían mis dedos de volver a recorrer las teclas del portátil por gusto y no por obligación. No tenéis ni la menor idea de cuánto echaba de menos esto.

Es cierto que durante estos casi dos meses que me he ausentado, mi portátil ha estado echando humo de día y de noche, pero no con respecto al TEVDA, sino por esquemas, resúmenes, unidades didácticas, casos prácticos y un sinfín de cosas; la mayoría de ellas relacionadas con las oposiciones. Y digo “la mayoría” porque también ha habido algo de inglés y algo de preparar clases para mis niños del colegio.
 

“¿Y tras un mes y pico sin escribir esto es lo primero que se te ocurre contarnos?” puede que penséis, pero la verdad es que sí.
Es posible que me veáis un poco oxidado y esa puede que sea la razón para que tras tanto tiempo igual se me haya olvidado como iba esto. O quizás no se me ha olvidado, pero es que siempre es difícil, o complicado, hablar sobre uno mismo. No digo escribir, digo hablar. Escribir es sencillo. Todos, en mayor o menor medida, hemos escrito alguna vez sobre nosotros mismos. Tal vez en un blog personal como este, en un diario o en una libreta. Pueden ser frases sueltas, palabras “sin más” que diría Rakel Mendioroz o quién sabe, puede que a fuerza de sacar y sacar de dentro, acabe dando hasta para un libro… como quien estira un chicle.
 
Pero hablar es distinto. ¿Nunca os han preguntado a bocajarro un tan amplio como ambiguo “cómo te defines”? Sí, sí. Como si fuera fácil definirse en voz alta. Y te quedas mudo, balbuceando como un niño que está aprendiendo a hablar, pensando en qué decir y cómo hacerlo para que no piensen esto o aquello. Como si nos fueran a juzgar por el tono o el gesto, o el rubor de las mejillas. Como si fuera malo en realidad decir cosas buenas de uno mismo por poder parecer egocéntrico, o malas por sentirnos expuestos e indefensos. Puede que, básicamente, lo que más nos aterre de verbalizar nuestras cualidades y defectos cara a cara es que puedan adivinar a través de nuestra mirada lo que no decimos, lo que subyace, lo que duele de verdad o hace tan feliz que no queremos contar para que no se esfume como un hechizo a las doce de la noche. Por eso siempre es mucho más fácil escribirlo.
 
Cuando tú sacas de ti todas las partes feas del cuento y las plasmas en un papel, nadie salvo tú puede verlas. Tu mirada sigue siendo tuya, con sus sombras y con los mil colores que brotan del iris. Creo que por eso dicen que solo cuando nadie mira podemos ser nosotros mismos. Creo que por eso, hoy en día hay tanta gente que escribe. Igual es que no somos tan libres como creemos y ansiamos volar entre letras hacia un lugar en el que cada uno pueda ser de verdad como quiera.
 
Así que hoy voy a intentar hacer algo distinto. Puestos a innovar… ¿no? Y digo “intentar” porque hoy no sé si lo voy a lograr. Que ¿por qué? pues porque los programas “cumpleañeros” suelen tener un corte bastante marcado y es difícil salirse del guión.
 
Así que lo primero es daros las gracias. A pesar de que lo hiciera personalmente el lunes (o del martes al jueves; ya se sabe que no todo el mundo se acuerda de la fecha exacta) también me gustaría hacerlo públicamente. A los 67 que os acordasteis el mismo 22 (soy así de friki, sí, conté cuantos fuisteis) y a otros tantos que lo hicieron los días posteriores.
 
Es imposible nombraros a todos así que hoy no me gustaría olvidarme de los que están año tras año; de los que no fallan, de los que siempre te dedican alguna palabra bonita. Comenzando en primer lugar por Eñaut Aldasoro, que fue el primero en felicitarme los 25 cuando solo habían pasado cinco minutos de la medianoche.
 
Ya de madrugada Rakel Mendioroz fue, por tercer año consecutivo, “semi-primera”- que ya sabe ella en qué consiste-, y las siguientes felicitaciones tuvieron que esperar hasta 07.45h de la mañana. Y a partir de aquí me gustaría dar los nombres de las puentesinas Itxaso Ollo y Naiara Adín, que nunca fallan. Lo que este año me sorprendió, ya se lo comente a ella, es que Nai me felicitara el mismo 22 en lugar del 23 como llevaba haciendo los últimos años, pero bueno… Tampoco quisieron fallar María Gárate y María Romero, Ana Otaegui y Charo Zaratiegui y a pesar de que fuera un poco tarde Aitziber Leoz y Ainhoa Ongaiz también tuvieron el detalle de felicitarme.
 
Estimados familiares cercanos, compañeros del colegio: y amigos del coro:  vosotros tampoco fallasteis, pero tampoco es cuestión de nombraros a todos aquí que sois muchos.
 
El día , en “líneas generales” fue bien, aunque a lo mejor lo que volvió a suceder el domingo 21 fue aún mejor. Tras tres años sin hacerlo, el día predecesor a mi cumpleaños tuve la suerte de volver a correr acompañado y eso es algo que no se paga con dinero, así que desde aquí, ¡gracias Laura Samayoa! Quizás que yo te acompañara- en lugar de lo que he dicho en la línea anterior- fuera lo de menos, fue la sensación de tener de nuevo a alguien para compartir un rato de running.
 
El mismo día 22, que Osasuna ganara también ayudo. Los tres últimos 22 de abril los rojillos han jugado y poco a poco hemos ido mejorando. Cuando cumplí 23, Osasuna empató a dos frente al Sporting de Gijón después de habernos puesto con una ventaja de 2-0 en El Sadar. El año pasado, también empezamos 2-0, y también frente a los asturianos, aunque la fortuna quiso que ese día los tres puntos se quedaran en casa con nuestra portería a cero. Y este año el haber remontado el 1-0 del Elche para ser aún más líderes de la división de plata del fútbol español fue la guinda que coronó el pastel. Veremos si mañana a las 18.00h le ganamos al Albacete para acariciar el título de LaLiga 1 2 3 y poner aún más tierra de por medio- serían nueve puntos- con respecto a los castellano manchegos.
 
En fin, que me voy a ir a ver si me leo las papeletas que me han llegado a casa para ver si me decido por quién voto y a ver si también leo algo sobre los ángulos, diámetros, perímetros y demás que es el lo que me tocará empezar a explicar a la vuelta de las vacaciones en el colegio.
 
¡Nos vemos el viernes con la ansiada cuarta entrega de los hilarantes dichos de madre (podéis leer las tres anteriores pinchando aquí) coincidiendo con la proximidad del primer domingo de mayo!
Y antes de despedirme no me gustaría terminar sin mandarles un cariñoso, afectuoso (e irónico) saludo a Izaskun Juanto, Manuel Owono, Iker Ibero, Íñigo Urtiaga, Frantxo Pérez y Laura Antón. Se me ocurren más nombres pero a Iranzu Anaut no tengo nada que reprocharle y Amaia González de Echávarri, pues eso… Es Amaia...
 
Como siempre, gracias por haber estado ahí, sobre todo tras este parón, ya que saben que estos sin ustedes al otro lado hubiera carecido de sentido y no habría sido posible.
 

¡Feliz fin de semana familia! Gabon.

Joseju Aranaz (@jjaranaz94)

 

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