GOYA 2016



GOYA 2016

Un año más la esperada Gala de Los Goya, que esta vez celebraba su trigésimo aniversario. La Gala fue irregular, con momentos para recordar, pero más aún para olvidar.
Con una duración de 3 horas y cuarto, para muchos esta gala se hizo muy pesada. Aunque lo veo normal con la cantidad de premios que reparten.

El inicio de la gala fue bueno. No estuvo mal. Quizás con mucha “influencia” de los espectáculos americanos, el propio Rovira mando un mensaje a Neil Patrick Harris, después de un truco de magia, en el que decía que en España también se hace el mismo truco pero con menos presupuesto, lo cual denota una falta de originalidad, hasta cierto punto, alarmante.

La figura de Dani Rovira me parece que fue menor que la del año pasado, en la que sorprendió por su frescura y su agilidad en el escenario. Este año, sin embargo, creo que llevo a cabo un aceptable papel con un guion que creo que no estuvo a la altura. Creo que incluso estuvo mejor en las actuaciones musicales y de baile, que en su terreno, el monólogo. Pese a que no son actuaciones brillantes, ni mucho menos, al no estar acostumbrados a ellas con Dani, nos sorprendió.

Hay que decir que lo que más fallo la gala, sin duda, fue la realización del espectáculo: Dani Rovira se quedó sin sonido en pleno monólogo, hubo ciertos planos en la gala que no venían a cuento y falto rapidez a la hora de la realización. 

También me pareció excesivo el tiempo que se le dio a la magia, que no se si en Los Goya, tenía tanta cabida.

Hubo por supuesto protestas al IVA, y se hizo un llamamiento a los políticos a que hiciesen algo por la cultura. Incluso Rovira afirmó que el ministro de hacienda en funciones, Cristóbal Montoro, no tenía cultura. Está bien criticar a los políticos pero creo que hay que hacerlo también de forma elegante.

Una vez hechas las presentaciones, empezaron la recogida de premios. Estas dieron comienzo con los premios a la mejor canción original y banda sonora, en la que el gran protagonista fue Lucas Vidal, que dedicó el premio a la gente joven de España, a la que animó a luchar por sus sueños.

El siguiente premio fue el de mejor actor revelación, en el que se produjo, para mí, el momento más emocionante de la gala. Miguel Herrán era premiado, y en su discurso daba las gracias a Daniel Guzmán, director de A Cambio De Nada, que estaba visiblemente emocionado, al cual dijo: “Has conseguido que un chaval sin ilusiones, sin ganas de estudiar, sin nada que le gusta, descubra un mundo nuevo, quiera estudiar, quiera trabajar y se agarre a esta vida nueva como si no hubiera otra, me has dado una vida Daniel”. Para mí fue el momento más humano y reflejo de lo que es el cine hecho con cariño, el cine de verdad.

Luego se sucedieron entregas de otros premios: maquillaje, dirección artística, vestuario… en los cuales los ganadores agradecían a todo el mundo en su discurso. Y es verdad que no es lo más entretenido oír a los premiados dar las gracias a todo el mundo, pero realmente son premios muy difíciles de conseguir y que, seguramente, para muchos no se va a volver a repetir. No encuentro una solución al tiempo que se gasta en los agradecimientos, que no sea disminuir el número de premios, pero no estoy de acuerdo, creo que es una cosa normal los agradecimientos.

Algo que no es normal es que a una persona le cortes de manera abrupta en su agradecimiento, poniendo la “musiquita” o una voz en off, o pasando a video. Y es que es una auténtica vergüenza lo que se hizo a algunos premiados, cortando de manera tan fea. Lo que incluso provoco el comentario de Darín, que hizo alusión al dudoso criterio que se usó para poner la “musiquita”.  Y no puedo estar más de acuerdo con él, me parece una vergüenza por parte de La Academia, una total falta de respeto y de tacto.

Y no disculpo a las personas que no son capaces de pronunciar un discurso, pero las entiendo. Es un problema que tenemos en este país que la gente no está preparada para este tipo de momentos. Pero no por ello creo que merezcan el trato que recibieron por parte de los organizadores de la gala, por lo menos hasta que Darín les envió un recadito.

Y así como hemos criticado los muchos defectos que tuvo la gala, también hubo unas cuantas cosas para destacar: el agradecimiento de Miguel Herrán a Daniel Guzmán que mencionábamos antes; la cita de Fernando León de Aranoa, en la que decía que las películas no compiten entre ellas, sino que las películas sumaban; también se unió a esta idea Ricardo Darín, que dijo que los actores también suman; muy dignas de mención, también,  las palabras de Cesc Gay, premiado a mejor dirección y guion original por Truman, el cual se acordó de la dificultad de sacar los proyectos adelante y que la gente que se dedica a esto, en su mayoría, tiene problemas para llegar a fin de mes.

Para finalizar, podemos decir que la gran triunfadora de la noche fue Truman, de Cesc Gay. Una película tremenda, con unas interpretaciones sobresalientes que destacan por su naturalidad.
Truman, es sobre todas las cosas, una historia de amistad, del valor de la amistad, pese a su gran contenido dramático, es una historia positiva.

Esto es lo que nos ha dejado la trigésima Gala de Los Goya.

Alex Vinueza (@AlexVinueza93)

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