Lo breve, si bueno...

            Me dice un amigo de Donosti que lo que más le gusta de septiembre es que la playa deja de ser playa y empieza de nuevo a ser mar y puede que tenga razón, porque a pesar de que este año la playa haya sido cosa de pocos, los que han podido disfrutarla, lo han hecho (hidrogeles, metros para medir y todo este tipo de cosas a parte).

Después de mis primeras tres temporadas al frente del TEVDA, dónde podía haber programas de una página o de nueve- no tenía medida-, hace ya algunos años que decidí ser más constante y prometí hacer un máximo de dos o tres. ¿Lo conseguí? No del todo, porque al tener ese máximo de tres siempre me pasaba.

        Logré hacer programas que justamente pasaban dos o tres líneas de las dos páginas, pero a la madre de un servidor los TEVDAs le siguen pareciendo largos. ¿Por qué? Porque le tiene que sacar punta a todo (es especialista), y porque corregir y reorganizarte (cuando me dejo) un artículo de una página es mucho más fácil que hacer lo mismo pero con el doble de palabras. Digo yo… porque no le encuentro otra explicación.

        Es verdad que la mayoría de los blogs que leo y me sirven- a ratos- de inspiración, entretenimiento y lectura creativa, rara vez se pasan de los siete o nueve párrafos, pero a mi es algo que me cuesta. Comprimir todo lo que quiero decir en una página me es muy difícil. Es mucho más difícil escribir una página que escribir dos. Os lo prometo.

       También es verdad que de normal a una madre se le debe hacer caso y, lo voy a intentar, a pesar de que no prometa nada.

        La semana pasada casi lo consigo, pero para cuando me di cuenta ya había sobrepasado la página, así que se me quedaron bastantes cosas en el tintero. Porque así como avancé ciertos temas, no tuve espacio para otros.

     Esta temporada tendremos la proposición de una nueva novela que leí a principios de agosto recomendada por mi amiga Raquel Espuelas y que no me dejó indiferente. Intentaré volver al cine (a pesar de que las distancias, la mascarilla y yo no seamos muy amigos) y recomendaros alguna película, pero sobre todo- ya me conocéis- os recomendaré series de televisión.

       El verano ha sido muy largo, las circunstancias personales (Covid a parte) no nos han permitido más que unos días de asueto en el pueblo y las series- y el running, para qué engañarnos- han sido una buena forma de evadirnos de todo ello.

        Otro día os hablaré de correr (Rakel Mendioroz no entiende que madrugue para hacerlo), porque hoy me gustaría compartir con vosotros las series que he visto a lo largo del verano (después del confinamiento, que si no la lista se alargaría más de lo que ya está).

        Las plataformas de pago han estrenado muchas series durante el periodo estival y entre otras he disfrutado de la T1 de Por H o por B, de la segunda tanda de la temporada final de Las chicas del cable o de You (las dos últimas “por culpa de / gracias a” María Romero). Pero el verano también nos ha permitido ver magníficas series que se estrenaron en su día y tú, por lo que fuera- no viste. He visto las temporadas 7 y 8 de Cuéntame- recordemos que empecé a ver la serie en la T14- y he comenzado a ver Los hombres de Paco (de momentos las dos primeras temporadas) y cada vez me río más con el nerviosismo de Mariano, con las ocurrencias de Paco o con lo pánfilo que es Povedilla.

        Y como decía (mi madre)… “Lo breve, si bueno… dos veces bueno”. 

        La semana que viene más.

        Gracias familia.


        Joseju Aranaz (@jjaranaz94)











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