A los compañeros de Mancoeduca (I)

 

GRACIAS. Así; en mayúsculas, en negrita- en "blanquita", más bien- y subrayado. A los que han formado parte, pero sobre todo, a lo que actualmente forman el equipo de educadores ambientales del programa educativo de la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona.

Si os soy sincero, veía muy difícil- casi imposible- que surgiera una baja en el grupo actual y mucho menos imaginaba que fuera a ser yo el que dejaría de ser parte del equipo de Mancoeduca. Por voluntad propia, por volver a cambiar, por reencontrarme conmigo mismo tras un año como educador ambiental en la MCP y tras dos años, a pesar de entrar en las aulas, sin ejercer como maestro.

He sido tan, pero taaan feliz, que se me hace realmente difícil escribir una despedida. No os podéis hacer la más mínima idea. Y os lo digo con los ojos completamente inundados y los pelos como escarpias. Es imposible.

Cuando empecé, si os soy sincero, creía que no iba a ser capaz de hacer esto que he desempeñado durante 373 días. Mejor o peor; con más o menos acierto; con mis defectos y mis virtudes. Pero me voy- por una parte- con la tranquilidad de dejar a unas personas que veo que están comprometidas con el medio ambiente, que creen en lo que hacen y que han demostrado pasión en cada actividad que hemos compartido. Y me voy- por la otra parte- con el deseo de que, en un futuro, pueda volver.

Aún sin saber que iba a ser mi último taller, el lunes me tocó ir a Liceo Monjardín a dar un taller de Creación con residuos donde la tutora del aula en la que estuve, me dijo que era vasca y se alegró bastante de que yo- también- hablara euskera. “Me has alegrado el día” fueron sus palabras exactas. Y a mí también me hizo ilusión, ¿por qué no decirlo? Hablamos de las diferencias entre ser tutor y educador ambiental, y tras haber estado en ambos lados, lo puedo decir con toda la sinceridad del mundo: no sé qué es mejor.

        Es diferente, y si he vuelto a ser maestro será por algo, pero no sabría deciros al 100% el qué. Supongo que será por tener ese contacto diario con los mismos niños, que poco a poco empiezas a conocer y tenéis la ocasión de conectar de una forma mucho más íntegra. El programa educativo de la Manco me ha dado la opción de algo que el magisterio (de ese modo) no me ha brindado; la ocasión de emocionarme. Fue, especialmente, el curso pasado con los niños de 1º de Escolapios (haciendo, de nuevo, Creación con residuos) y ha sido este curso (en una medida mucho mayor y con el mismo taller) en 2º con los niños de Catalina de Foix.

Me quedo sin espacio, por eso, y ya que hemos dicho algo sobre compartir actividades, habrá que hacer una segunda parte con mis compis. En siete días más.

Gabon familia.


Joseju Aranaz (@jjaranaz94)

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