20 años no es nada

 

En septiembre se cumplieron 20 años del atentado en la torres gemelas, dos días antes de que TVE estrenara Cuéntame por primera vez, y en ese momento todo el mundo se puso a contar qué es lo que estaban haciendo aquel año hace hoy dos décadas.

Ahora también se cumplen 20 años desde que se lanzara la primera película de la saga de Harry Potter y, por eso, HBO Max estrenó el pasado 1 de enero un especial llamado Regreso a Hogwarts que contó- entre muchos otros- con la presencia del trío protagonista; Daniel Radciffe (Harry), Emma Watson (Hermione) y Rupert Grint (Ron).

No querría incidir mucho en ello porque siempre he sido más de Los magos de Weverly Place, pero os engañaría si os dijera que no he visto las películas (y leído el primer libro).

Yo, hace 20 años, estaba cumpliendo los siete y, me veo, como si fuera ayer, en el cuarto que actualmente es el de mi hermano, frente a la cama pensado “qué mayor soy, ya tengo siete años”. No me acuerdo de cuando cumplí 10, 16 o 23, pero si del de los siete. No me preguntéis por qué.

La cuestión es que me acuerdo que no fue hasta 6º de Primaria en Jaso cuando la tutora que tuvimos nos dijo que podíamos traer libros de casa para que los compañeros los leyeran. Encima, por cada libro que leyéramos (y teniendo en cuenta su dificultad), la tutora nos daba cromos sobre un álbum de cultura vasca que teníamos que ir rellenando poco a poco.

Una compañera trajo de casa La piedra filosofal- tres años después de que saliera el filme basado en el libro que en 1997 publicó J. K. Rowling-, un libro bastante gordo para unos niños de entre 11 y 12 años que por aquel entonces estaban más acostumbrados a leer los libros de Fray Perico y su borrico. Pero uno de los compañeros de clase y uno de los mejores amigos que tuve en Jaso se animó a cogerlo y lo empezó a leer.

Todos los alumnos de 6ºA (y supongo que también los de 6º B) íbamos leyendo historias más cortas y entendibles al mismo tiempo que todos conseguíamos cromos. Todos menos él. Pero la tutora, un día se dio cuenta de ello, y cuando este amigo iba por la mitad del libro consultó con el resto del grupo a ver si nos parecía bien que le diéramos unos cuantos sobres de cromos a pesar de no haber terminado el libro aún. Y el sí fue unánime.

Yo el primer libro de Harry Potter lo leí en tercero de carrera para la asignatura de Literatura infantil y juvenil (Lite, que decíamos nosotros) para hacer un análisis posterior y llevarlo preparado para el examen. De esos trabajos que hacíamos Rakel Mendioroz y un servidor en la biblioteca, llegando más tarde de la cuenta (porque la puntualidad nunca fue nuestro fuerte) y riéndonos como no me he vuelto a reír en la vida, con la tontería más arriba que nunca.

Total (que suena muy al all in all inglés), que invito a Leire Muñoz a que el domingo (o cuando sea- ya que desde el martes está un poquito más ocupada que de normal-) hable sobre la saga si quiere, porque para fan empedernida y un poco enfermiza… ella. No creo que haga falta recordar cuál fue la película que les pusimos a nuestros alumnos de 5º de Primaria en Zizur para trabajar la comprensión auditiva antes del confinamiento. En fin...

Volvemos la semana que viene para seguir sumando.

¡Muy feliz fin de semana familia! Gabon.


Joseju Aranaz (@jjaranaz94)

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