De "runner" por la vida


La vida está llena de nuevas experiencias y se suele decir que nada deja peor sabor de boca que aquello que no se llega a probar. Quizás sea por eso que mientras escriba estas líneas me arrepienta de distintas cosas. De no ir a Cuba por ejemplo, a pesar de que Izaskun Juanto y Aitziber Leoz me insistieran más de la cuenta, pero no estoy aquí para habar de ello.

Una de las muchas cosas que me sorprende cuando voy a correr es la cantidad de gente que me saluda. Me levanta la mano mas bien, ya que podría decirse que no conozco al 90% de los que lo hacen. Mirad que cuando entreno intento cruzar los menores pasos de cebra posibles, pues no hay manera… Casi el 100% de los conductores me levantan la mano como pidiendo perdón al mismo tiempo que pasan de cederme el paso y pasan- valga la redundancia- ellos en primera instancia.

Muchas veces, cuando los coches van más deprisa que de normal y veo que no tienen la más mínima intención de parar, si que me animo a hacer el amago de echar un pie a la calzada sin llegarlo a poner. Muchas veces los conductores se asustan y pegan cada frenazo que casi dejan marcadas las cuatro ruedas en la carretera. Muchas veces se me ponen chulitos y se me encaran diciéndome a ver qué es lo que hago. Yo, por supuesto, no me callo, porque sé que en este caso llevo razón, pero sigo corriendo medio sonriendo, sabiendo, por lo menos, que se han llevado un buen susto.

Y no suelo pasar por pasos de peatones como digo, pero a veces es imprescindible.

Y tras haberme puesto en contra a todos los conductores que me leen y suelen hacer lo que acabo de describir, también me gustaría romper una lanza a favor de los conductores que paran, a los cuales, en este caso, soy yo quienes les levanta la mano dándoles las gracias, ya que los conductores que no paran no me saludan a modo de “gracias”, sino a modo de “perdón, pero paso yo primero”

Pero la cuestión no es esa. La cuestión es que el pasado domingo corrí la XXXVII edición de la conocida como “Media Maratón Ciudad de Pamplona” por primera vez y la verdad es que es una experiencia que me encantó.

Te sientes nervioso. ¿Qué necesidad tendré de hacer esto? Es una pregunta que te haces a ti mismo antes de que dé comienzo la carrera, que por supuesto, no pretendes ganar, pero que al fin y al cabo se le llama “carrera” porque alguien ganara. Son conjeturas, cosas que se te pasan por la cabeza en el momento en el que estás esperando a que den el pistoletazo de salida, ya que por la mañana una especie de excitación hace que te levantes más temprano que de costumbre un domingo con la única intención de correr 21 kilómetros de forma “oficial” en un carrera.

No es algo que había planteado pensar, pero el domingo la carrera se retraso la friolera de 20 minutos; 21 para ser exactos, y no es que el calor apretase, más bien hacía fresquillo y la espera a muchos los dejó helados. A otros nos dio por calentarnos- pensando en la organización y en todo lo que he dicho anteriormente-, pero a las 10.21h cruzamos la línea de salida para emprender los 21, 098 km exactos de distancia en dos vueltas- de 10 y 11km- muy similares con salida en el Paseo de Sarasate y con llegada a la Plaza del Castillo con sprint final, en mi caso, desde el inicio de la Calle Arrieta de Pamplona al doblar la esquina y al vislumbrar La Monumental de la capital navarra.

Tras estar todo el verano sin correr como cada año empecé corriendo en septiembre, el martes 19 para ser exactos, y hasta este último domingo 73 han sido las veces en las que he decidido ponerme las zapatillas e ir a correr. Hará tres o cuatro semanas que llevo cuentakilómetros así que me parece un poco absurdo hablar de cuento tiempo y espacio he recorrido de media cada día, es por ello que os diré que el día que menos corrí fue el día de la San Silvestre con un tiempo de 32´40´´ y el día que más el viernes 20 de abril con 2h 16´24´´ (estiramientos aparte).

El domingo- con el dorsal 111- los 21km los recorrí en un tiempo de 1h 46´41´´ y terminé en el 298º puesto de entre los 429 que estábamos inscritos (llegado a los 800 teniendo en cuenta a los que solo hicieron la primera vuelta- la de los 10 km)-.

Mejoré mi tiempo de los últimos entrenos- pensando ya en la carrera- en 03´19´´ así que podríamos decir que en ese aspecto estoy contento.

Y no sé que más contaros… Deciros que ahora la San Silvestre con poco más de 5km se me va a quedar corta y que tampoco es cuestión ahora de emocionarme y pensar en una maratón completa.

Dice Rakel Mendioroz que “correr es de cobardes” y no os voy a decir que le falte razón, pero aún y todo me gustaría agradecerle públicamente a ella, a María Romero, a Isabel Aranaz, a Jose Yarnoz, a Leti Lafuente y a mi padre el interés puesto y el preguntarme por como me había ido la carrera.

Y también, a través de estas líneas animaría a todo el mundo a probar algo así y tener la capacidad- o al menos el intento- de superarse a uno mismo. También darle las gracias a mi tío Juan Carlos que fue el que me animó a participar en la carrera cuando no quedaban ni 10 días para que se cerrase el primer periodo de inscripción.

Nos vamos con toda la ilusión puesta en el próximo viernes, ya que será cuando Obama´s Channel estrene el último especial desde la capital italiana. ¿Que te has perdido alguno? No te preocupes, a partir de lunes- y hasta el jueves- recordaremos todas las entregas en Twitter (@TrasElValle_OBC) y las mejores tanto en Facebook (Tras el valle de Aranaz) como Instagram (@TrasElValleOBC).

Gracias, como siempre, ya que saben que esto sin ustedes al otro lado hubiera carecido de sentido y no hubiera sido posible.

Hoy nos vamos como hacía tiempo que no lo hacía con un “¡Aupa Osasuna!”.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Mariposillas en el estómago (o algo así)

A mis abuelos; a los cuatro

Desde que estoy en la Manco