Siempre nos quedará Roma (V)
El
otro día me despedía con la siguiente frase: Ciao (de adiós,
por si la moscas, que soléis ser muy puntillosos)! Y
es que “Ciao” se puede utilizar tanto para decir “hola” como
para decir “adiós”. Ahora me viene a la cabeza la ocasión en la
que yo estaba bajando la “p*** escalera de Estela Reynolds” para
irme a la cama y me junté
con una de las amigas que
estuvo en Roma que me dijo
“Ciao”. “Adiós” le contesté yo, y ella me respondió con un
“¡que te estaba diciendo hola!” ¿Te quiere sonar, o ni de
lejos? Han pasado más de cuatro años, y yo me acuerdo de esta
chorrada, estoy seguro, que tú
te acuerdas de otras… Si hiciera programas con todo de lo que nos
acordamos cada uno no acabaría, por suerte aquí solo escribo yo (de
momento), ya que de vosotros dependerá, como
bien sabéis, cambiar esto.
El año pasado ya me propusieron hacer una especie de “charla-
coloquio”, y tomando esto de punto de partida se podría estudiar y
así estrenarme en la Radio de esta casa. Eso sí, lo de juntarnos
todos sería muy difícil, no lo hacemos desde hace dos años…
Buff… Que tiempos… Y que quedadas…
Hemos hecho para todas las edades, para todos los gustos y de todos
los colores. De Koldo aprendimos que “para gustos los colores y
para disgustos los amores” así que vamos a empezar con lo de
María, que yo creo que el otro día se quedó con la mosca detrás
de la oreja- por segunda vez-, ¿me equivoco?
Pues nada, que resulta que estábamos cenando en la mediana de
Yanguas y Miranda mientras los fuegos, o tras ellos, y no me acuerdo
exactamente- remarcando lo de “exactamente”, ya que grosso
modo si que lo sé- que es lo que le dije a María (“Me gustas”
o algo así) que ella no supo si tomárselo en serio o a broma. Los
que me leéis semanalmente ya sabéis que no soy de coartar el
pensamiento de cada uno, así que podéis pensar lo que querías.
Luego ya, cuando le pedí que se casara conmigo anillo incluido la
dejé loca, pero son anécdotas. En esta primera quedada nos faltó
Leti, por eso no quiso faltar a la segunda.
En la segunda, se unió el señor Manuel Owono, y a parte de ello
varios australianos que hicieron muy buenas migas con una de nuestras
amigas. No hace falta decir quien. ¿Para qué? Me acuerdo que Leti y
María se perdieron por Pamplona, hasta que nos las juntamos por
Santo Domingo y conocimos a Txus, con el cual estaban hablando sobre
Encarni, y una paella. Yo, la mayor parte de la noche la pasé con
Christian y otra amiga, y no se si lo pasaríamos muy bien, porque no
hemos vuelto quedar… Jajajaja. En fin…
Lo mejor de la primera noche fue el momento en el que una de
nuestras amigas se sintió mal, ya que no le parecía bien beber,
cuando ella no había querido comprar nada para ir lo más sobria
posible- o a cubatas-, pero no fue así. Hay foto del momento, pero
no voy a ser tan malo. Nos hemos llevado bastante bien hasta ahora, y
no quiero que me salgan más enemigos de los que ya tengo. Me
sentiría muy mal conmigo mismo, y ya nos vale si “sufre” una
persona…
Podría recordar lo de ir a ver el encierro a la Estafeta, o lo de
bajar a casa todos juntos, cuando ya rayaba el sol del día del niño
y alguno que otro tenía que estar a las 11,00h en la Ofrenda
infantil del Rincón de la Aduana como jotero.
Otra vez, quedamos en Sarriguren para comer, y ahí anduvimos Ecay y
servidor preparando el calderete, mientras los demás cortaban
patatas o preparaban las ensaladas. Eso sí, de las dos quedadas en
Sarriguren, la mejor fue la primera. Aquella vez que nos juntamos
para cenar, padres, madres, hermanos/as y nosotros. De aquel día
solo recuerdo el montaje del las fotos que vimos hecho por Uxua, la
cruz iluminada y el conocer a la hermana de la Mery, y más que nada
porque recuerdo que se sentó a mi derecha. ¡Silvia, fue todo un
placer! Tuvimos tiempo para recordar muchos momento, pero la noche
llegó pronto y cada mochuelo se fue para su olivo.
Otra quedada la hicimos en fiestas de Tafalla, pero entre que yo me
fui pronto, entre que Christian se la pilló a muerte- ¿esto se
puede decir? Jajaja- y entre que María quería estar en otros
asuntos- y no me refiero solo a “nadar” en el Cidacos (que mal te
dejo aquí María, perdóname… jajajajajajajaja)-, no me explico
que hicieron Leti y Marta Tapia durante toda la noche.
Las relaciones se han ido diluyendo poco a poco, hasta que no hemos
vuelto a quedar. Como dije en “Siempre nos quedará Roma (I)” con
Leti suelo quedar frecuentemente y con María alguna que otra vez.
Con los demás si me he juntado por la calle alguna que otra vez, nos
hemos parado, pero poco más. La última conversación profunda que
tuve con una de las amigas fue hace dos años, después de una
reunión con Padilla y Pascual, así que fíjate si ha llovido. Y
digo “profunda” porque alguna que otra vez si que hemos
coincidido por la calle, por la uni, por el barrio… Pero muy “sin
más” que diría Rakel Mendioroz.
Pero vamos a dejar de lamentarnos y vamos a continuar con más
historias que nos ocurrieron durante el primer año en Roma.
Yo lo quería evitar, pero creo que va a ser imposible. Y sí, os
hablo de mi querida “amiga” Isabel. Nunca pensé que la iba a
nombrar aquí, pero en fin… Todo llega. Y me acuerdo perfectamente,
porque durante una cena lo empecé a contar, y me acuerdo
perfectamente también como el padre Koldotxo, que estaba en la otra
punta de la mesa, sacó la cabeza por encima de las demás y empezó
a mirarme con cara de “meme” como diciendo, “cuéntame más,
que lo quiero saber todo”, momento muy TEK el de poner la oreja;
memorable donde los haya.
Como el de aquella vez en tierras italianas, que entramos en una
iglesia en la que todo estaba preparado para que se celebrara una
boda (creo recordar que hasta conocimos al novio), y Leti y yo
hicimos el paseíllo como si los que nos fuésemos a casar fuéramos
nosotros. (Pero esto es del segundo año, ¿no?)
Llegados a este momento creo que el programa de hoy ha superado la
capacidad para decir tonterías (excepto lo de echaros de menos). La
gente puede que piense que todo esto es broma, pero no, pasó y
ocurrió como lo cuento. No estoy exagerando (casi) nada. Por eso y
porque aún nos queda algún especial, no podría acabar el programa
de hoy con algo, con lo que en Roma se hizo viral.
Ante todo, gracias una vez más por estar al otro lado y por confiar
en nosotros a la hora de entretenerse.
Ciaurriz, atenta que va… ¡Adiooooooooooooos!
¡Feliz
fin de semana!
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