Siempre nos quedará Roma (IV)
De
la primera vez lo que más loco me dejó es que la Mery conociera a
Frantxo, pero como eso ya lo conté el viernes pasado vamos a seguir
adelante.
Durante
los tres especiales creo que ha quedado claro que todos teníamos con
todos una gran afinidad. Personalmente me llevaba muy bien con todos,
pero quizás con las que más relación hice fue con Leti y María.
Es por ello quizás que el segundo año también nos apuntáramos los
tres. Amaia Sarasa estuvo también tentada tras ir a unas reuniones
con los Pablos (Pascual y Padilla), pero creo que le salió trabajo y
al final se quedó en la capital navarra.
Con
Leti y María la relación de verdad empezó en la cuesta “mort”
de Asís(si) con el ya mítico “Koldo, ¿bajamos o que?” que
solté yo. Analizando la pregunta con detenimiento podremos ver que
no tiene sentido ninguno, pero aún sin sentido las risas que nos
echamos tras la pregunta lo inmortalizan las fotos, y es normal que
este pasado verano hubiéramos celebrado- presencialmente encima-
nuestro cuarto “frocho aniversario”. Y la gente nos mirará un
poco raro si explicamos que la palabra “frocho” se traduce como
“gay” en italiano, pero bueno…
Por
seguir con el vocabulario local, a Koldo le debemos que nos hubiera
enseñado palabras como “cazzo”. Laura Pausini, el año pasado en
La Voz, nos dijo qué significaba “patata”, y si ya dices
allá, “pon la patata en el cazzo” la gente te miraría muy mal,
porque si sabemos cual es el significado de “cazzo”, el de
“patata” se puede intuir por donde va, ya que no andan muy lejos.
Uno
de los momentos más top (“TEK en mayúsculas”, para que nos
entendamos) fue el momento en el que entré en el cuarto de María a
darle 20€ y la pillé como la pillé. No hace falta describir la
imagen porque los que vivimos la escena ya sabemos cual fue. Y se
podría malinterpretar, porque yo con 20€ en la mano, y la Mery,
como estaba… Que fino… Jajajajajajaja.
Pero
vamos ya a llegar a una de las mejores (y peores) partes de nuestra
estancia en Asís(si) en el convento de las Clarisas. Aún me acuerdo
como me “enfadé” con Leti en el viaje de vuelta a la casa en
tren. Vaya imágenes… Fue el mismo día que canté el pasodoble en
la estación, pero no nos desviemos de aquel mejor (y peor) momento.
El mejor para Christian, David, Dani, Leti, Amaia, María, Tapia,
Jeanpi y servidor, y el peor, para la que queda… Para Marta
Ciaurriz… Uno, dos… Tres, cuatro… Cinco, seis…, Siete, ocho…
Nueve, diez… Me vas a perdonar que cuente esto…
Pues
nada, resulta que en una de esas quedadas nocturnas en el cuarto de
quien fuera para hablar, y aprovechando que Ciaurriz se estaba
duchando, nosotros no tuvimos mejor idea, que tapar con una sábana
una luz del pasillo, para que le diera un tono rojizo a la estancia,
y apagar la luz del baño, ya que el interruptor de la luz se
encontraba fuera del mismo cuarto. Pues nada, salió un tanto
extrañada, pero lo mejor (y peor) vino aquí. Resulta que a parte de
la luz roja, a Chris se le había ocurrido la genial idea de taparse
con una sabana blanca por completo y decir medio cantando eso de
“Uno, dos, Freddy viene por ti; tres, cuatro, cierra la puerta;
cinco, seis, coge un crucifijo; siete, ocho, mantente despierta;
nueve, diez, nunca más dormirás...” mientras se balanceaba
sentado en el suelo. Ahí estábamos todos con la cabeza medio sacada
por una rendija que habíamos dejado en la puerta para ver la cara de
Ciaurriz acompañado del grito que pegó. Lo cuento, porque yo creo
que una vez pasado el mal rato, quiero suponer que se río. En fin,
para la mayoría de nosotros fue uno de los momentazos en Asís(si).
Una broma tan improvisada nunca había salido tan bien. Después de
eso, Koldo nos mandó a cada uno para su cuarto, y claro, con razón;
porque entre gritos y risas, ahí no había quien durmiese.
Y
así como hubo tiempo para pasarlo bien (y mal), también hubo
momentos para la reflexión, para la oración y para el encuentro con
Dios. Lo hacíamos cada mañana, pero lo de aquel domingo por la
mañana en Asís(si) fue especial. Un momento en campo abierto (era
más bien un bosque), para estar contigo mismo pensando en tus cosas
y estuvo muy bien. A Koldo le sirvió en su día para descubrir cual
era su vocación y a nosotros nos sirvió, para darnos cuenta de las
cosas importantes de la vida, y para ser (a partir del momento de la
famosa cuesta a San Damiano) y convertirnos en bueno amigos- y muy
buenos “amegos”-.
Cuando
nos juntamos todos allá hubo momentos bonitos y muy emotivos que
quedan para nosotros por diferentes motivos, y porque como creo que
hay cosas que se pueden contar y no pasa nada, hay otras cosas que
deben quedar en nuestra intimidad y para nosotros.
Subimos
en taxi, porque la subida era un tanto “jarta”, pero la bajada la
hicimos andando. Compartiendo momentos con tita Ana, en los que me
llamaba “rey”, y en los que yo le contestaba, que si ella era
reina, a mi con ser príncipe me bastaba… Jajajajaja. ¿Sabías
algo de esto Let? Jajajaja.
La
vuelta a Roma, la hicimos en tren, y a parte del rato que estuve
“enfadado” con Leti- por la manía de pellizcarme en los pelos
(la foto de María y servidor que no he publicado aquí es muy
gráfica)- me lo pasé con Dani, escuchando canciones de las que
tenía y de las cuales una de las pocas que me gustó fue la
siguiente:
Y
así las cosas, otro viernes más que se nos va. Nos quedan cosas que
contar, porque a parte de lo vivido allá- que aún nos queda el
tercer momento TEK tras los dos de hoy (cuesta con pregunta y broma a
Ciaurriz)- también habría que comentar la quedada de Sanfermines
donde alguien creo que va a salir muy mal parado. ¿Queréis pista, u
os vais a “sentir mal” si no lo acertáis por vosotros mismos?
Buajajajajajajajajajajajaja. Lo siento. Nos hemos reído los que nos
teníamos que reír, ¿no? Tranquila Leti, que si no lo has pillado,
lo contaré en el próximo programa. Y con foto, si me lo permiten.
Muchas
gracias, escribiendo lo de hoy, me lo he pasado muy, pero que muy
bien, así que podría decirse que ha sido todo un placer. Termina enero, comienza febrero.
¡Feliz
finde amigos, y tened en cuenta que por lo menos nos queda un TEVDA
sobre el primer año (y fueron dos) en Roma! No digo nada más.
¡Ciao
(de adiós, por si la moscas, que soléis ser muy puntillosos)!
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