Hablemos de... (VI)


Cuando vives lo suficiente y escribes lo suficiente, y pasan los años- y lo creáis o no, yo ya escribía mis cositas (algunas de ellas incluso publicadas en revistas de corte nacional) antes de Tras el valle de Aranaz-, hay un rincón del lugar de trabajo o de la biblioteca, un cajón, carpeta o archivador donde con el tiempo se van acumulando páginas escritas y nunca publicadas: novelas que empezaste y por diversas razones se quedaron a medio camino. Relatos que acabaron truncándose, historias inacabadas que a veces no pasaron de unas pocas páginas. Todos los novelistas veteranos, o muchos de ellos, suelen tener ese cajón real o simbólico. Y aunque no se me pueda considerar escritor, algo de cierto hay relacionado conmigo. Dentro de mi ficticio cajón hay cuatro o cinco historias empezadas y nunca escritas del todo: amagos de novelas que derivaron en canciones, alguna que otra carta que yo creo que me harán sacar a la luz en el último programa y alguna que otra tontería que han acabado extinguiéndose para siempre (¿o no?).

Siempre he tenido la curiosidad por publicar esas cosas que por algún motivo- en este momento desconocido- no he publicado y quizás- no creo que hoy nos de tiempo- lo haga algún día.

Hace pocos días anduve revolviendo ese cajón. Buscaba una idea que recordaba apuntada, insinuada hace años en uno de esos textos que nunca llegué a rematar ni publicar. Fue un ejercicio singular y más bien triste. Un sentimiento gris de pena y pérdida, como el que podría experimentarse al repasar los recuerdos de amores breves, incompletos y casi olvidados. Tristeza ante lo que pudo ser y no fue. Casi todos aquellos folios condenados al silencio, algunos amarillentos y fechados hace cinco o seis años ya.

Con esas páginas delante reflexioné sobre las causas que interrumpieron su escritura. Intenté recordar las circunstancias, los motivos. A veces fue simple prudencia: aquello no era bueno, estaba lejos de proporcionar esa grata sensación que tiene el novelista lúcido cuando avanza por el que considera buen camino. Otra fue el instinto; el «esto no va a funcionar» que cualquier escritor consciente tiene sentado en un hombro como el loro de un pirata. Como un Pepito Grillo convertido en asesor literario. En ocasiones, una circunstancia imprevista o dramática que interrumpió el trabajo y modificó el punto de vista, el orden de prioridades bajo el que ese artículo había empezado a escribirse. Y alguna vez ocurrió, simplemente, que la historia murió entre mis manos por causas naturales. A menudo, porque otra historia más poderosa, más potente, se cruzó en el camino.

Resulta un ejercicio agridulce, curioso, ese mirar atrás con el cajón de novelista abierto. Enfrentarse a páginas escritas por el hombre que en otro tiempo fuiste, y hacerlo con la mirada que el tiempo ha ido cambiando en ti. Con tu experiencia literaria- poca, dicho sea de paso- y de vida. Con la posibilidad, debido a todo eso, de leerte de un modo más penetrante o más objetivo. Como si lo que lees no fuera tuyo. A veces sólo son tres o cuatro folios; en algún caso, unas diez. Y mientras pasas las páginas, en ocasiones reconoces ideas, situaciones, personajes que usaste para contar otras historias.

Personalmente pienso que el cajón de un “escritor” nunca es ataúd, sino depósito temporal donde algunas cosas mueren y otras regresan con el tiempo. Por eso nunca hay que tirar nada, por malo que parezca, sino guardarlo en el lugar adecuado y dejarlo reposar. Fermentar. Pues nunca se sabe.

Aun así, es inevitable que el ejercicio acabe dejándote un poso de tristeza. Releyendo esas páginas recuerdas el impulso que te llevó a ellas, la documentación de los momentos iniciales, la ilusión de aquellos primeros y apasionados teclazos. La certeza, sin la cual no hay escritor que valga la pena, de que lo que empiezas va a ser lo mejor que hayas escrito nunca: el artículo o programa definitivo, perfecto. Y ahora, sabiendo que ninguno de ellos lo ha sido de verdad- porque como dije el viernes anterior, el mejor artículo siempre es el siguiente que escribes y el que aún está por publicar-, acaricias las páginas que en su momento significaron lo más importante de tu vida, la concentración de tu talento, tu esfuerzo y tu trabajo, y las devuelves al cajón de los mundos olvidados con una intensa melancolía.

Y tras ponernos un poco melancólicos vamos a retomar el punto en el que dejamos a los protagonistas el día anterior y Hablemos- ya- de Eneko Saraleg(u)i, Julen Foncillas, Mikel Irigoyen y Aitor Galar. A la gente se que le falta un chico de clase- a parte de mí- pero tengo sus razones para no hablar sobre él. Y lo digo por lo que luego pueda pasar y me puedan decir.

Me ha sorprendido gratamente que ningún “Arrizibiter” o “Carmoner”- a los fan(e)s de uno mismo cada cual los pueda llamar como quiera- me haya escrito. Porque hay personas que se ofenden-o como lo queráis llamar- hasta cuando no hablo de ellas- y no hablo ni de Arrizibita, ni de Carmona-. Aunque eso sí, tres personas si que me han escrito y otras dos me han felicitado en persona por la genialidad del artículo anterior así que gracias. Y GRACIAS una vez más, porque hemos logrado de nuevo conquistar el Top 1 y nos hemos convertido en lo más visto de este curso de todo el universo Obama´s Channel.

Y podríamos empezar por el mismo Aitor Galar. Tafallés de nacimiento. De los cuatro, es al que más atrás conozco en el tiempo, ya que en Iturrama empezó a estudiar conmigo y con alguno que otro más. De lo más destacado del instituto, me acuerdo del día que Iker Ibero- cuando aún no había tanta confianza, porque ahora, en fin… jajajajaja- y servidor tuvimos que bajar a la Ciudad del Cidacos- río muy bien conocido por María Romero (¡ZASCA!)- y hacer una entrevista sobre tiempos de la Guerra Civil, ETA y tal a un tío de Galar… Vaya trabajitos que nos mandaba la Cristina… Total que al final no sirvió para nada, ya que acabó por desechar tan nefastos trabajos y hacernos un examen de test en condiciones.

Lo que siempre se me quedará grabado de Galar- seguimos aún en la fase de Bachiller- es la curiosidad que contó un día la barasoaindarra Izaskun Etxaide sobre él. Resulta que ambos habían estudiado en la Ikastola Garcés de los Fayos de Tafalla y parece ser que habían estado toda la vida en la misma clase. Pues resulta que un día Galar se cayó de la silla en la que estaba sentado al suelo y ahí, en el suelo, se debió quedar gran parte de la clase. Esa es la versión que nos contaron y Galar no la discutió en su momento así que digo yo que será verdad.

De la uni no se si podrían contar grandes cosas excepto la chorrada del día que estuvimos cuatro en clase de la Paula (Kasares, por si las moscas), y que a parte de nosotros estaban también Rakel- de la cual ya hablé- y Saioa Gamio- que aún no había aparecido nunca por aquí y de la cual no tendría mucho que contar. Ya hablaré de ella algo, no os preocupéis. Porque todas las personas que me disteis permiso para hablar sobre vosotros apareceréis el próximo viernes o el siguiente. Todos excepto “la” persona que aparecerá en el penúltimo programa de esta tercera temporada.

De Eneko Saraleg(u)i, y siguiendo un poco lo que dije el viernes anterior de Azpiroz, he tenido un poco más de trato que con Xabi, pero el trabajo de Inglés del que hablaba la semana pasada también lo hice con él. Hemos compartido diferentes momentos, como el chorra de cuando las gafas de sol y la Carpa (no se exactamente cual). De sus ánimos al mus (sin nada tener que ver el resultado), la invitación a algún que otro cubata, e incluso a una cena (la cual te la pagué aunque no quisieras) y las risas que nos hemos echado viendo Facebook y diciéndome que la novia de tu hermano iba a clase con Leti o no se que… Total, que al final, por lo que me contaron, creo que no fue así. Jajajaja.

De Irigoyen, no podría decir nada en contra suya, a pesar de que él en contra mía si que podría decir algunas cosas. No me refiero al trabajo dirigido que tuvimos que hacer entre Foncillas, tú y yo, porque ahí yo creo que fui bastante correcto como “director” tuyo. Lo que más me gustó de aquella experiencia fue el día que Juankar me pidió que saliera a dar explicaciones de Zarrakaztelu o Kargaztulu (como queráis) y tal. En el otro trabajo que he hecho contigo, sí que metí la gamba y es por eso que me parece lo más correcto pedirte disculpas. Quizás un poco tarde, pero quédate con el gesto. Me has parecido alguien estupendo a quién no he conocido mucho, pero bueno… Tendríamos que hablar también de Klaudia a la cual también tendría que decirle varias cosas (sin reprocharle nada), pero yo creo que si no es la semana que viene, el 24 fijo que hablo de ella.

Y por último, pero no menos importante tendría que hablar de Don Julen Foncillas. Y le pongo el “don” por delante porque a mi entender siempre ha sido todo un caballero conmigo y yo creo que nos hemos llevado bastante bien.

En primer lugar me gustaría agradecerte la cantidad de veces que me has levado a Iturrama en coche, a pesar de no haber sido la única persona. Te conocí como jugador del Artajonés y ahora, tras haber jugado en el Pamplona también hemos tenido la oportunidad de verte en más de una entrevista realizada por Diario de Navarra. Te conocí como alguien a quien le gustaba “repartir” en el campo, pero cada vez te sacan menos tarjetas amarillas (no será que arbitro siempre es el que pitó el miércoles en la ida de los PlayOffs, ¿no? Jajajaja).

Nos hemos ayudado mutuamente en momentos en el que ha habido gente que en fin… Y me refiero a los apuntes de Juankar mismamente. La ayuda ha sido recíproca, y no te has querido involucrar nunca en los asuntos que ni te iban ni te venían y es por eso que te envidio (sanamente). Y ya sabes tu el porqué de esto.

El día que tuvimos a Rakel de protagonista dije algo sobre ti, y me gustaría recuperar ese momento…

“...y mucha gente me dirá que si no lo digo es porque Rakel me gusta, pero yo les diré a esos, que cuando hablé de Izas y de Laura tampoco dije si me gustaban o no, y no es por eso que me gustasen. El día que “próximamente” hable de Foncillas (@JulenFon) también dudo mucho que hable sobre si me gusta o no, aunque no me negaréis que Foncis tiene su punto, ¿eh? Jajajajajaja...”

Pues eso, que no voy a ser yo quién niegue que tienes tu punto, pero yo creo que al hablar del novio de Naiara yo creo que ya dije bastante así que me voy a callar. Que opinen ellas, yo aquí no me meto. Se dé diferentes opiniones de compañeras de clase, pero si las quieres saber ya hablaremos tú y yo de eso.

He tenido la suerte de compartir varios trabajos contigo (el del 9,5 de la Lucia y el posterior 9- después de que le fuera a llorar- con un trabajo bastante parecido para Juankar) y no voy a decir más porque podría caerme algún que otro ZASCA demás, y me niego.

Una de las aficiones que hemos compartido a lo largo de estos cuatro años ha sido la del mus. En el cual se podría decir que soy peor que tú, ya que aunque hayas acabado más de una vez en el ercer puesto del campeonato de la Carpa Universitaria, el premio que hemos alcanzado ambos a sido el mismo. Hemos ganado 0.000€ (Ceromil cerocientos cerocero euros). ¿O me quiere sonar que una vez quedaste segundo con tu pareja? Ya me harás ese apunte, porque me quiere sonar y no se si es cierto o no.

De Osasuna también hemos llegado a hablar y tus comentarios en clase (de la Zuriñe mismamente), nos han salvado más de una vez de un silencio sepulcral. Pero voy a dejar a un lado tu desparpajo, tu soltura y tu gracia (con lo modesto que eres tú, te habrá parecido escaso quizás… Jajajaja), y vamos a hablar de fútbol, y como ambos somos rojillos voy a dar unas pinceladas al partidazo que se marcó Osasuna el miércoles pasado y lo que tendrá que hacer mañana para poder jugar la “final” de los PlayOffs de ascenso a la máxima categoría de la Liga Española.

Y es que parece mentira que hace tan solo un año estuviéramos celebrando casi desde la agonía un gol en el descuento para la supervivencia en Sabadell. Y es que cuando se ha tenido tan cerca el abismo de la 2ªB, todavía se saborea mejor todo lo que está logrando este equipo. Osasuna se asomó a los mismísimos infiernos el el Nova Creu Alta y no sabemos que hubiera sido de él en caso de descenso, pero hora está claro que sueña con acariciar el cielo como hizo durante muchos minutos el público de El Sadar gozando con su equipo.

Si antes de empezar esta temporada le sugieren a cualquier aficionado rojillo firmar a final de la liga regular entrar en PlayOffs, lo hace seguro con los ojos cerrados. Y si antes de jugar contra el Nastic nos dicen de firmar un 3-1 probablemente también, claro está, que después de ir 3-0 ese gol del Nastic da vida en la eliminatoria para el partido de vuelta a los catalanes pero no empañó ni un ápice la fiesta que se vivió en El Sadar.

El primer obstáculo el el camino del PlayOff Osasuna lo consiguió superar con nota y siendo fiel a sí mismo, con las armas que le han llevado hasta aquí. Un equipo, como dice la canción, valiente y luchador. Cimentando desde atrás en su seguridad defensiva. Con una portería en la que Nauzet interviene poco pero que cada vez que actúa lo hace para salvar goles que parecían cantados como el miércoles el de Emaná… Así que ya puede espabilar Osasuna en su renovación que cada partido de estos que pasa le va a salir más cara su continuidad.

Una linea de tres centrales innegociable para Martín y que le da la razón al técnico. Con la mejor versión de Miguel Flaño en mucho tiempo, con David García creciendo partido tras partido y Tano que parece criado en Tajonar desde cadetes. Si a la seguridad atrás le añades el trabajo hasta la extenuación en los carriles de Oier y de Javier Flaño y el apoyo el miércoles en el pivote de un currela como Manuel Sánchez que cumple siempre, el resto ya es labor para los artistas.

Y si en un equipo consigues juntar a un Mikel Merino que vamos a echar mucho de menos y que no sabemos que precio podría tener ahora el el mercado tocado ahora encima por la varita mágica del gol, con Roberto Torres que llega justo físicamente pero aún así es desequilibrante y con De las Cuevas que llega en su mejor momento de la temporada. Consigues reunir un triángulo mágico que marca sin duda las diferencias. Y sin olvidar a un Kodro que tras pasar desapercibido prácticamente la temporada está aprovechando en el momento decisivo su oportunidad a base de goles y trabajo, y ya veremos quién lo mueve de ahí. Si a este equipo entregado, le sumas de nueva un Sadar lleno (porque ser de Osasuna solo cuando todo va bien es muy fácil), con una afición ilusionada (que no lo niego) y con un público volcado con su equipo desde antes del pitido inicial (doy fe de ello), solo así se puede explicar la fiesta que vivimos en el estreno de los PlayOffs de ascenso un Sadar a rebosar (con 17.750 espectadores).

Confiemos en que se pueda repetir otra fiesta en El Sadar el próximo miércoles (contra Córdoba o Girona) pero antes hay que cerrar la eliminatoria el sábado en Tarragona. Sin duda que es un buen resultado este 3-1, pero no definitivo y seguro que tocará sufrir ante una afición volcada seguro con su equipo y que llenará el Nou Estadi en busca de la remontada. De Sabadell al PlayOff en un año y el sueño del ascenso pasa ahora por Tarragona.

Y yo cero que ya vale de chicos, y que ya vale por hoy. Gracias, un viernes más, porque me da que volveremos a ser líderes gracias a ustedes. Gracias, porque esto sin ustedes sería imposible y carecería de sentido.

¡Feliz fin de semana, apuesten todo al rojo… y Aúpa Osasuna!



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