20 temporadas... no es nada
Ha
sido un buen verano. Un verano que respecto a lo climatológico hace casi un mes
que dejamos atrás, pero que con respecto a lo astronómico, apenas llevamos cuatro
días de otoño.
Las sombras empiezan a desdibujarse y te acorralan, los días se acortan, pero en el móvil quedan guardados ya recuerdos de algo parecido a la felicidad. Recuerdos de una vida real (o casi irreal, según se mire), que hace que sientas nostalgia. Nostalgia, por mirar al pasado, y por recordar veranos de cuando éramos niños.
La
nostalgia es una prueba de que vives una vida que merece la pena, y quizás por
eso yo siempre escriba sobre el pasado, porque no tengo capacidad de invención
de cosas futuras, aunque alguna rara vez (aquí por ejemplo) lo haya hecho.
Han
sido días de fiestas, de fuegos artificiales y de reencuentros multitudinarios;
días de decirse sí, quiero, de coger
butaca en primera fila de playa, días de darle la vuelta a todo. Días de viajes
largamente esperados, de viajes inesperadamente largos, de paseos más largos
que de costumbre y de saber elegir el pañuelo correcto. Han sido días de ir a buscar
refugio en el cine o en la baldosa más fresca.
Pero
también han sido jornadas de poca luz, por ejemplo, preparando oposiciones, o
escribiendo, o como los bomberos, un año más luchando contra el fuego. Es como
si 400 000 campos de fútbol hubieran ardido este verano en España, uno detrás de otro; sin clemencia, sin piedad.
El
verano que terminó el martes hace más tiempo que acabó para muchos. Si no lo hemos
hecho ya, es hora de afrontar los días que vendrán, aunque sigamos soñando con
volver a la playa.
Porque
ojalá que los pueblos no volvieran a quedarse vacíos. Ojalá no tener que
cambiar el sonido del romper de las olas por el del despertador. Ojalá las
cañas en la terraza fueran eternas. Ojalá que las tardes en el chiringuito, en
la piscina o en la plaza duraran para siempre. Ojalá que el reloj se parara el
31 de agosto a las 21.00h. Ojalá que las noches “a la fresca” no terminaran
nunca. Ojalá que volver al curro se pareciera más a volver al pueblo. Ojalá que
el verano nunca se acabara.
Pongamos
que hablo, pero ya bajando a la realidad y dejando las ambigüedades de las
líneas anteriores a un lado, de Sanfermines y de fiestas de Carcastillo- que
lejos queda todo ya-; de incendios a 400 metros de la casa de tus abuelos y de
actos festivos suspendidos por culpa de las llamas. De bodas de amegas que te han hecho muchísima
ilusión, de viajes a la capital de España para que ya no puedas decir eso de nunca he estado en Madrid y de primeras
etapas del Camino de Santiago que “próximamente”- que dicen las promos de la
tele- se dejarán ver por aquí en formato vídeo y a través de You Tube.
Volvemos
a la vida real, aunque como me dijo hace unos días mi amiga Laura Samayoa, quizás
lo más real de la vida haya sido lo vivido este verano.
Empezamos
nuestra temporada 20 en Obama´s Channel y, como de costumbre, va a ser todo un
placer reencontrarnos aquí viernes tras viernes.
Bienvenidos,
bienvenidas. Un septiembre más.
- Aranaz, Joseju (@jjaranaz94) -
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