"Cuéntame", la novela de Karlos (con K de Karina)


Perfecto. Esa es la palabra que mejor define al último capítulo de Cuéntame cómo pasó. Resulta complicado explicar con palabras todo lo que sentí durante sus 87 minutos de duración. "Al final uno acaba siempre donde empezó". Y así me sentí yo, realizando el mismo viaje que Carlos Alcántara Fernández, viéndome con 17 años menos, sentado en el sofá un 13 de septiembre de 2001, conociendo a los Alcántara por primera vez. Una familia televisiva de la que acabaría sintiéndome parte, sufriendo y emocionándome con cada uno de sus vaivenes, tragedias o triunfos.

Imagen final de Carlos y Karina desde Nueva York.
Creía que iba a ser capaz de reaccionar al último episodio de Carlos y Karina en Cuéntame pero me parece realmente difícil, complicado, resumir el trabajo de Ricardo Gómez y Elena Rivera a lo largo de 19 y 13 temporadas respectivamente.

Personalmente pienso que el capítulo de anoche recogió muy bien lo que venía yo pensando días atrás. Hasta el miércoles por la mañana pensaba que Carlos y Karina no iban a acabar juntos, pero justo esa mañana algo me hizo “click” y cuando peor se ponían las cosas para ambos me pareció que acabarían juntos. Es la sensación que tuve anoche. Todo el capítulo sin ningún ápice de esperanza hasta vislumbrar a Carlos varar en Nueva York. (El croma de las Torres Gemelas al fondo era espantoso, pero no estábamos allí para fijarnos en ello). ¿O sí? No lo sé, solo deciros que Cuéntame aterrizó en la parrilla de La 1 de TVE sólo dos días después del atentado de las torres y que en esta serie casi nada es casual. Y la imagen de los rascacielos remitiéndonos al sueño americano no era casualidad. Pero a lo que íbamos...

Estábamos ahí para ver como Karina, al final de todo, le estaba esperando junto a Olivia. Para hacernos ver, para enseñarnos, que como bien dice una amiga mía, una de buena no puede ser tonta, y eso debió pensar Karina. Por “Caridad”, por compasión o por amor- que aunque a veces les doliera, a pesar de que no debería ser así- puede con y contra todo.

Para seros sincero la sensación que se me quedó en el cuerpo fue extraña. No sería capaz de redactarla. Os confieso que no lloré viendo el capítulo- y mira que hay capítulos de temporadas atrás que han conseguido emocionarme muchísimo- y eso que nos dijeron que íbamos a llorar. Y mucho. Lo intenté, lo juro, pero no lo conseguí. Y no porque no me transmitieran, pero me quedé frío y no lloré.

Justo antes de que Karina y Carlitos- porque para nosotros siempre será el niño al que vimos crecer- se dieran el último beso en la ficción, vimos al benjamín de los Alcántara Fernández despidiéndose en vídeo de su familia. De su familia. De toda. Hasta de nosotros. La ficción traspasó la pantalla a la realidad y vimos como Ricardo Gómez dándole voz a Carlos Alcántara se despedía de Merche, de Antonio… de Inés, de Toni… de Deborah, de Marcos… de Oriol, de Paula… de Herminia… Pero también y sobre todo de todos nosotros. De todos los que los hemos acompañado a lo largo de 348 jueves pasadas las 22.00h (a veces, como anoche, hasta 50 minutos después) a la familia más icónica de nuestra televisión.
Doble plano de la primera vez que se vieron Carlos y Karina.

Han pasado- como recordaba Ricardo Gómez- 17 años, dos meses y 16 días desde El retorno del fugitivo- el nombre del primer capítulo- y desde entonces Carlos nos ha contado su historia, la nuestra. Nos ha contado qué pasó, cuándo pasó… pero sobre todo nos ha contado, nos ha descrito CÓMO pasó. Así reza el título de la serie y los guionistas han sabido entrelazarlo con la realidad partiendo desde una ficción que tiene, paradójicamente, la realidad como referente, como apoyo, como esencia, porque realmente la novela de Carlos Alcántara ha sido la propia serie. Y lo que Carlos Hipólito nos describe semana tras semana dando voz a Carlos de adulto es la novela que quizás alguna vez alguien decida publicar y caiga- de verdad- en nuestras manos de manera física. Anoche, que por un momento Ricardo Gómez pusiera la voz en off a su personaje de adulto fue la génesis para que narrador y personaje se fundieran para que el propio Carlos pudiera encontrar dentro de sí mismo su propia voz.

El mismo Ricardo Gómez nos decía que necesitaba “hacer algo nuevo” y era Carlos el que usaba esas mismas palabras a la hora de marcharse y decirnos adiós para siempre. Adiós con la mano. Con la misma mano con la que al final, y tras llevar “toda la vida”- como quién dice-caminando “mano a mano” supo terminar y supo irse. De la mano de Elena Rivera. De María Caridad. De nuestra Karina.

En palabras de Elena, la actriz nos decía que de Cuéntame se llevaba a Ricardo, un compañero con el que había hecho el viaje más importante de su vida profesional y con el que había podido crear un vínculo que trascendía la pantalla. Un compañero con el que podía adivinar, con tan solo una mirada, lo que estaba pensando, lo que estaba sintiendo. Un compañero junto al que había crecido y al que, en cierto modo, desde siempre había intentado proteger.

Es cierto que “si Cuéntame es la serie icónica que ha llegado a ser es, en gran medida, por la mirada inocente de ese niño” que en un principio sólo le preocupaba si la televisión nueva llegaría a su casa para poder ver el festival de Eurovisión.

Ese al que este año ningún concursante de OT 2018 quiere ir. Menos Famous, claro, que junto a la navarra Natalia Lacunza es uno de los grandes favoritos para revalidar el título que la edición pasada consiguió la también pamplonesa Amaia Romero. El miércoles la actuación de Natalia consiguió emocionar a Ana Torroja, cosa que el final de la 19ª temporada de la serie española más longeva de la televisión, como he dicho, no consiguió conmigo.

Y en parte me da rabia. Por eso se me quedó tan rara sensación.

Quizás fue porque el adiós de Karina fue un adiós silencioso. Porque creía que así debía ser. En su día a día procuraba ser “una persona sencilla, profesional, generosa con sus compañeros y honesta”. Y así había querido que fuera su adiós a esta serie.

Elena nos decía en su adiós que “gracias por vuestras palabras. Gracias por haber estado ahí todos estos años. Si lo que hacemos delante de las cámaras cobra sentido es por todas esas millones de personas que han seguido Cuéntame desde sus comienzos, en España y buena parte del mundo”.

Así que desde aquí gracias a ellos por haber querido dar vida a unos personajes que siempre ocuparán un trocito de nuestro corazón a pesar de que ya sean “historia” de nuestra televisión. ¿Volverán? Posiblemente para el último capítulo, sería extraño- por decisión propia- que volvieran antes.

Fue el final de Carlos. El final de Karina. Y un final que consiguió rememorar los inicios de la serie. Los de una historia que debe contarse porque importa, porque esos personajes somos nosotros, sus miedos y sueños, los nuestros. Siempre volvemos a nuestros orígenes, sea en barco, como Carlos anoche, sea a la serie en su final como quizás hagan ambos actores.

Carlos tocando el charco. De niño y en la actualidad de la serie (1988).
Crecimos con “el charco” que toca Carlos en la cabecera desde el primer capítulo y anoche cerramos el ciclo con ese mismo charco, contándonos lo que había encontrado en su largo caminar.

Y no se me ocurre un final mejor para esta serie. Carlos despidiéndose de Cuéntame con un capítulo que es un auténtico regalo a los seguidores más fieles de la ficción. Un viaje emocional repleto de guiños, referencias y homenajes a la serie y a la icónica historia de amor de Carlos y Karina.

Pero el clima de creciente emoción se desbordó totalmente cuando nos mostraron una recreación de la secuencia en la que ambos personajes se conocieron siendo unos niños, con la mudanza de Karina, pero con un contexto muy diferente. Una secuencia que evocó tantos recuerdos que nos revolvieron totalmente. Seguida de una dura discusión entre ambos protagonistas que romp por completo a gran parte de la audiencia. Una escena que brilló gracias a la complicidad que tienen estos dos actores tras sus doce años como pareja artística, con una soberbia Elena Rivera rompiéndonos el corazón. Curiosamente, la secuencia escondía un spoiler encubierto que no se detectaba a primera vista. Los personajes se dicen "Eres tú" el uno al otro, una frase que cobraba sentido en la última secuencia del capítulo al ritmo del clásico de Mocedades.

Y esta pretendía ser la tercera entrega de Un otoño primaveral, pero ya veis… hoy no tenemos tiempo ni para decir que Ona Carbonell ganó la tercera edición de Masterchef Celebrity frente a Paz Vega, ni que Vis a vis vuelve el lunes a las 22.00h a FOX con su cuarta temporada. La más cruda y más negra. Más aún que la anterior.

Nos vamos. Gracias Carlos. Gracias Karina. Gracias Ricardo. Gracias Elena.

Y a vosotros, gracias también. Por seguir estando viernes tras viernes, ya que esto sin ustedes, como bien saben, carecería de sentido y no sería posible.


¡Hasta dentro de dos semanas familia- incrblemente la semana que viene nos cogemos puente, por eso la razón de haber estrenado hoy dos programas y este largo de más-! Gabon.



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