Siempre nos quedará Roma (XV)
Me parece increíble que aún
nos queden cosas por contar de este segundo año en Roma y es que
antes de empezar con esta décimo quinta- 15ª- entrega he escrito en
un papel al lado los temas que aún no he tratado y me gustaría
contar. Me han salido 14 y no se si me dará tiempo a hablar sobre
todos ellos hoy. Por intentarlo que no quede. ¡Al lío!
Para
terminar ya con la historia de Manu y Pamela- que se ha alargado más
de la cuenta por la labia que tiene el amigo- sería bonito rememorar
el colgante que le regaló la italiana al guineano, quitándoselo de
su cuello y dándoselo a él. Me parece que Manu en un principio dijo
que no lo podía aceptar, pero ella le cerró la mano volviéndoselo
a dar. Vamos, como hacen en las películas de amor. Que bonito fue
aquello…
Y
siempre que hay una de cal, hay otra de arena- aunque jamás
entenderé el dicho porque… ¿Cuál es la buena? ¿la cal o la
arena?- ya que también se podría hablar de la clase de películas
que tenía Elvis en el ordenador… Jajajaja. Que bueno fue aquel
último día donde buscando los vídeos que quería poner desde el
portátil se vieron nombres de películas que no hace falta
reproducir. Estamos haciendo unos TEVDAs bastante decentes, y no los
quiero empañar. Los que estuvimos ahí ya sabemos de qué hablo y
los que no tuvisteis la ocasión, os lo podéis imaginar.
Otro
día épico para reproducir a través de estas líneas sería el día
de la playa. Lo que dio de sí… Entre las mejoras cosas, el cambio
de ropa que tuvo que hacer Leti detrás de unos matorrales y lo mucho
que me quemé yo. Madre mía… Aquella misma tarde María quería
comprar “Aftersun” y recuerdo que discutimos por el dinero,
porque lo quería comprar yo porque lo iba a utilizar más, pero como
no tenía dinero en metálico María se ofreció a comprarlo. Total,
que al final lo acabé pagando yo con tarjeta de crédito. Fuimos a
la farmacia de delante de la parroquia y no sé aún como nos
entendimos para comprarlo. “Chao, aftersun per me” creo que
fueron las palabras que utilizamos. Dieron resultado; menos mal.
De
aquel día me acuerdo que al llegar a casa me tuve que poner una
diadema o una cinta (si Klaudia, la de mi pelo cuando podía jajaja)
porque por aquel entonces el flequillo me molestaba bastante. Y entre
la diadema y la cara roja, estaba guapo… “Pareces maric*n” me
dijo Rosalía… Jajajaja. De aquella tarde también me acuerdo que
cuando María se enteró que Mirko estaba en la casa del primer año,
está salió corriendo de la mano de Leti con chancletas para tener
la oportunidad de verlo, pero no llegaron. Yo hubiera ido, pero mi
color no me lo permitió. Las bromas con la típica frase de “el
rojo de hoy es el moreno de mañana” no tardaron en sucederse pero
se quedó en una simple anécdota. Hay foto mía quemado, pero no
seré yo quien la haga pública.
Y
vamos a aligerar un poco que creo que sino no voy a llegar a contar
hoy todo lo que quiero deciros.
Otras
de las mejores cosas del segundo año también sucedieron en Asis(si)
cuando íbamos en furgoneta. Una vez nos perdimos y Koldo- que iba
conduciendo- tuvo que preguntar a los Carabinieri. Todos súper
morenos y ahí estábamos también María y yo con nuestro
característico blanco nuclear (aun no me había quemado). Parecía
que unos gitanos nos hubieran raptado… Jajajaja.
Otra
de las remarcables cosas del segundo año fue que el señor Owono me
enseñó a jugar al póker (aunque no diferenciáramos entre cubierto
o descubierto). Me acuerdo también en este momento de aquella tarde
en la que la juventud fuimos al Carrefour a comprar unas patatas para
matar la tarde, o cuando entramos a una especie de “Macro chino”
y miramos perfumes y demás. Entre las chorradas del segundo año,
también me acuerdo cuando le empecé a cantar a Rosalía la canción
de Los Serrano y María le dijo: “no, que te la canta
entera”… Jajajajaja.
Más…
Las disputas por el ordenador, porque ese segundo año no había
Wi-Fi y conectarse al Tuenti- si amigos, aún existía- era
imprescindible. Memorable también cuando nos conectábamos a Twitter
y les gastábamos bromas a nuestros queridos hermanos Silvia Romero e
Iñaki Aranaz- a cual más perdido- llamándolos “Frochos” o “echándolos de menos”.
¿Por qué no gastamos bromas a las hermanas de Leti? Mmmm….
Como
memorables también las paridas del segundo año. Entre las más
comentadas el “Telecinco de Patricia Montero” con el gesto que
veis al lado de estas líneas- y hay foto con montaje pero he decidido omitirla-, el “Chucky” o “Boliche” o mi
“Rosaaaaaah” de la cuesta mort de Asís(si) con el posterior
“Leticia is having a relaxing cup of café con leche y cuesta mort
de Asís” by la Mery con to´su lof´” yyyyyy… ¡punto! Y si no
estuvisteis por allá no tratéis de entender ese último párrafo.
No lo entiendo del todo ni yo...
Ahora
mismo también me acuerdo de uno de mis desastres en la cocina a la
hora de dar la vuelta a una tortilla de once huevos. Como no había
platos tan grandes como aquella sartén, me dijeron que diera la
vuelta a la misma utilizando la tapa, y así fue la cosa, que al
maniobrar, tres o cuatro huevos- mínimo calculo- se fueron al suelo,
vaya espectáculo. O cuando Dzmelia se enfadó cuando yo decidí
partir los espaguetis por la mitad antes de cocerlos, porque luego
eran imposibles de comer del plato. Aquello parecía la Pesadilla
en la cocina de Chicote.
Y a
falta aún de contar cinco cosas de nuevo llegamos al final. Sé con
una seguridad del 100% que la próxima semana será el penúltimo
para que cerremos estos especiales con XVII entregas. Y hoy no voy a
demorar más la espera de aquella pregunta que lance en el IX
especial. ¿En la cama de qué chica pasé una de las noches en Roma?
Os daba tres opciones para elegir: María Romero, Leti Lafuente y
María Fernanda. Y aunque os sorprenda, la respuesta correcta es
“MARÍA ROMERO”. Las explicaciones- si es que las hay- dentro de
unos viernes.
No
digo más, un programa jamás había quedado tan “in albis”.
Gracias.
¡Feliz
finde! Aaaadiós.
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