"Is qui tiníis michis viquiciinis"

 

Apenas han pasado dos días desde que nos tuvimos que despedir de nuestros alumnos y la mayoría de los maestros ya hemos tenido que escuchar la frase de que es que tenéis muchas vacaciones. Que sí, que es verdad que cuando terminen estos días de junio en los que se va al colegio más por obligación que por devoción (apenas hay quehaceres que no se puedan hacer en un par de días), no volveremos a pisar las aulas (con suerte) hasta el próximo 1 de septiembre, pero… ¿realmente van a ser dos meses de vacaciones?

Decir que los maestros trabajamos tan solo durante las horas lectivas y que tenemos 190 días de fiesta al cabo del año sería como decir que los velocistas de 100 m solo corren los segundos que dura la carrera y sería totalmente absurdo. Y así como una es un sinsentido, la otra lo es igual o aún más. Aún y todo, y a pesar de esta pequeña introducción, y con las vacaciones (que en mayor o menor medida) que nos aguardan, vamos a intentar escribir algo amable, antes de que las ideas, como el helado que tengo entre las manos, se me derritan.

Todavía queda mucho para que perdamos la mirada en la carretera y, de vuelta a la ciudad, escuchemos a Amaral diciendo que “aún quedan días de verano” aunque sepamos que ya no es verdad. Pero fijaos en vuestro tono de piel: blanco nuclear, y aunque algunos volveréis con un moreno envidiable, a otros- con suerte- podremos volver con la piel con sabor a sal.

Se suele decir que nadie necesita más vacaciones que el que acaba de tenerlas. Pero si este año, por la razón que sea te va a tocar más asfalto que de costumbre, disfruta de las calles desnudas de Pamplona o de cualquier otra ciudad de cemento. Sin colas, sin prisas, sin atascos. Aunque el asfalto queme, siempre hay una terraza dispuesta a acoger tus noches de verano. Siempre hay una piscina donde pasar la tarde o un rincón escondido de la ciudad capaz de sorprenderte; Caballo blanco, mismamente.

A veces nos empeñamos en tener siempre algo que hacer, nos hacemos un listado de actividades, de tareas. Y nos olvidamos de que las vacaciones no solo están para vivir nuevas experiencias, sino también para descansar. Tirarte en el sofá y estar el día entero viendo series, disfrutando de un buen libro o contemplando el techo. Son planes envidiables.

Piensa que durante este verano hay un gran repertorio de canciones que vas a volver a bailar. San Fermín está a la vuelta de la esquina y las verbenas de las fiestas de los pueblos siempre te van a animar a bailar al ritmo de “Mayonesa” o sacar tu parte más country para volver a hacer el ridículo con el “No rompas más”.

También quedan muchas comidas y cenas familiares. De esas en las que todo el mundo habla alto y a la vez, mientras se escucha el brindar de las copas y la comida rebosa en los platos. De esas en las que, por un segundo, coincide tu mirada con la de tu abuela, y sabes que hay momentos que cuestan muy poco y que valen mucho.

Han sido muchos meses de espera, así que deja de quejarte por las vacaciones que tenemos los maestros y ¡vívelas al máximo!

Volvemos en siete días con un “Pedazitos” de mí, el XV, muy especial. Hacía mucho que no escribía uno, y este, ha merecido la pena.

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