¡Tres y acción!
No
voy al cine. Es un hecho. Más o menos triste, es algo objetivo y
sincero. El porqué no lo se ni yo. Supongo que nunca me ha llamado
la atención y es que la pequeña pantalla siempre me ha gustado más.
Hace unos días me juntaba con un excompañero y me decía que a él
tampoco le gustaba ir al cine, porque en unos años emitirían la
película en abierto, aunque eso sí, con publicidad. A mí no es que
no me guste el cine, pero no me llama mucho la atención. Cuando
emiten alguna película en la televisión rara vez me veréis
viéndola. Soy más seriéfilo, pero voy a hacer un pequeño esfuerzo
“por vosotros”.
En
los primeros programas de esta temporada dije que una vez al mes iba
a recomendar un libro de lectura y quizás también recomiende alguna
que otra película en el mismo intervalo de tiempo. Para que luego me
digan que no invierto en este programa… La última vez que fui al
cine a comer palomitas (porque lo de la película es una excusa) fue
el 5 de abril del 2014, e Isabel y yo vimos Ocho apellidos vascos.
Desde entonces no estoy en ningún cine.
He
visto también películas como Buscando a Dory (después de
ocho años de ver Buscando a Nemo en Vitoria/ Gasteiz),
Mascotas o Cuerpo
de élite, aunque no se si de una forma muy legal. La piratería
es un delito, y no voy a ser yo aquí el tonto que admita cosas que
no he hecho… (¿o si?). Pensad lo que queráis. No voy a ser yo
quién os coarte en pensar lo que os parezca. Encima cada vez está
más difícil eso de ir al cine.
Vale,
actualmente con el carné joven, con el día del espectador y tal el
cine nos puede salir relativamente barato, pero si vamos un viernes
de estreno y sin carné joven los 8-10€ de entrada no te los quita
nadie. A parte de eso, están las palomitas, que te roban a mano
armada, y luego está el problema de los cines. La falta de ellos. No
hace ni un año que cerraron los Saide Carlos III, y tras tantos años
funcionando da un poco de pena. Actualmente, los únicos cines
pamploneses en activo son los Golem Bayona; y los más cercanos están
en La Morea o en Itaroa.
Hace
ya unos meses recibía una carta del padre de un amigo- hay que ver
qué nivel- el cual me decía que le gustaría que su carta quedará
plasmada en estas líneas, y hoy, aunque haya pasado un tiempo, por
el tema que toco, lo voy a hacer. Allá vamos:
“El
cierre tras 52 años de historia.
Hay
cosas en la vida que parecen inmortales, pero hasta los más grandes
acaban cayendo. El pasado jueves- ya veis que ha pasado un
tiempo- le tocó al cine de Carlos III, pero no sólo se ha
cerrado un edificio, con él ha caído una pequeña parte de nuestra
ciudad, de nuestras vidas, de nuestros recuerdos… Muchos de
nosotros vimos ahí nuestra primera película, aún me acuerdo cuando
mi padre me llevó por primera vez- no lo olvidaré
nunca- igual que nunca voy a olvidar ese jueves. Tuve la
suerte de poder acudir a la última película proyectada en esas
salas con unos amigos.
Fue
una noche mágica, otra más en la historia de este cine, pero con un
truco final que nunca antes se había visto. Estaríamos unos 20
valientes reunidos en la sala 3 para ver por última vez una película
allí, en este caso “El Renacido”. La película transcurría con
normalidad, las palomitas se consumían a una gran velocidad, y sin
darnos cuenta dieron las 00:30h, ya solo nos quedaban 30 minutos para
disfrutar en el número 7 de la calle Cortes de Navarra. Pero hasta
que no dieron la una, todo parecía normal.
Entonces
desapareció el rostro de Leonardo Dicaprio y los créditos
invadieron la pantalla: había acabado, pero nadie se movía. Algunos
empezaron a levantarse, pero se quedaban en la puerta conscientes de
que había que disfrutar los últimos minutos de los 52 años de
historia de este cine. Nosotros, al día siguiente, teníamos examen
de Física- hay
padres que siguen estudiando, sí-, pero era lo de menos.
Después de cinco minutos de nombres, la pantalla volvió a su
amarillo original para no volver a encenderse nunca más. En
ese momento los pocos que quedábamos empezamos a sacarnos fotos para
inmortalizar aquel 3 de marzo de 2016. Tras llenar nuestros teléfonos
de instantáneas, bajamos por última vez las escaleras y tuvimos el
honor de ser los últimos en cruzar la puerta que tantas veces
nos había devuelto de un mundo mágico a la realidad. Hasta siempre,
y gracias por hacernos soñar”.
Entre
las
películas que he visto en el cine, una de las primeras me suena que
fue la de Los increíbles;
una de esas sesiones de las 17,00h de la tarde en la que vas con tu
madre al cine. Por suerte, aquella vez en La morea habíamos quedado
con Ivan Lozano, un vecino de Rada, amigo por aquellos tiempos y
supongo que lo pasaríamos bien; no me acuerdo mucho.
Dos
de las sagas que no me han llamado mucho la atención han sido
Piratas del Caribe y
Harry Potter, pero al
final con boletos de la Tómbola de Cáritas, por algún cumpleaños
o por lo que sea siempre he ido a verlas. La última (o penúltima)
de Piratas del Caribe
la vi en los mismos Saide
Carlos III con Borja Ororbia y Nicolas Erice, de esas veces en las
que quedábamos para algo. Y entre esa y la de Ocho
apellidos vascos solo he visto
Zohan, licencia para peinar,
y esta la vi con Nico en los Saide Olite, fijaos si ha llovido…
Pero
hoy me gustaría recomendaros el filme Footprints: el
camino de tu vida. No es una
película propiamente dicha, sino que es más bien un documental que
trata sobre el camino de Santiago. La
vi hará un par de semanas a un precio asequible: 4 € y la verdad
es que me gustó más de lo que pensaba. No
lo cuento como asistencia a cines, porque no era una película
“película”, pero sí estuve en una sala. Estaba a rebosar y a
parte de la proyección una de las cosas más interesantes me pareció
el coloquio de después. A mi, la película, no me llegó como a
mucha gente de los allá presentes, y es que muchos habían realizado
el Camino. Uno de los asistentes, con su padre, a la edad de 74 años,
casi nada.
Mientras
el coloquio yo me acordé de Rakel Mendioroz- que no veáis el juego
que me da en
los TEVDA-, ya que me consta
que ella lo había realizado
años atrás. Yo soy un
simple aficionado, porque creo que a pesar de haber realizado una
Javierada, no es equiparable. Y si os confieso algo, en
este momento no me veo capaz
de caminar hacia Santiago; supongo que haría falta mucha fuerza de
voluntad y a día de hoy- pero sobre todo en verano- me suele faltar.
Si os pica el gusanillo aquí os dejo el tráiler:
Un viernes más llegamos al final del programa, y aún con la
incertidumbre de lo que veremos en el próximo TEVDA. Tengo dos
opciones y si os digo la verdad una me tira 1000 veces más que la
otra, pero soy tan impredecible que hoy no me arriesgo a adelantaros
nada.
Gracias, ya saben que esto sin ustedes carecería de sentido.
¡Feliz fin de semana y Aúpa Osasuna!
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