Montando el belén (entre otras tradiciones)
Se suele decir que la tradición de adornar nuestros
hogares de cara a las fechas navideñas se suele pasar de padres a hijos. Que si
hace 10 años era tu padre quien ponía el árbol y sacaba todas las figuritas del
belén, ahora eres tú el que se ocupa de ello.
Me
encanta la Navidad, ante todo, pero todos nos hacemos mayores y uno se va dando
cuenta de las cosas importantes. De que cada año que pasa es distinto, de que
aunque sigamos estando (casi) todos ya no es como antes. De que el pasado- para
bien o para mal- nunca volverá.
El
coro de jóvenes de la Parroquia San Juan Bosco de Pamplona canta una canción
preciosa (aparte de lo bien que cantan, que eso daría para otro artículo) que
dice que durante estas fechas “la vida se llena de adornos y juguetes, de luces
de colores, de fiestas y banquetes” y eso es lo que cada vez me parece más
superfluo.
Lo
dije el año pasado, pero me parece tan importante que lo voy a repetir este
año; lo mejor de la Navidad- y lo mejor que tiene la canción- es que “Jesús nazca en cada corazón”. Porque
él es “el camino a la felicidad y la alegría de la Navidad”.
Que
sí, que no os voy a decir que no adornéis vuestras casas- si es que sois como
nosotros y todavía no lo habéis hecho-, o que no hagáis regalos, pero dadle una
vuelta.
Y es que parece
que los regalos, las luces y los dulces deberían ser motivo suficiente para que
todos queramos Navidad en vena, y seamos adictos a los villancicos y al turrón. Desde el 20 de diciembre hasta el día
6 de enero debe inundarnos esa alegría tan tonta que podemos ver en las
películas navideñas (con cursis finales). Y hablamos de estas fechas por decir
algo. Porque, ¿qué día han puesto este año la decoración en las calles? Ya
sabemos todos que la Navidad vende pero, al paso que vamos, un mes después de
terminar el verano vamos a estar comprando polvorones en el supermercado.
El próximo viernes más.
¡Feliz fin de semana!
Joseju Aranaz (@jjaranaz94)
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