Siempre nos quedará Roma (¿y? XVII)


La cara de estupefacción de unos niños que no tenían nada y nos dieron todo, lo dice- valga la redundancia- todo. Es algo que he intentado reflejar a lo largo de estos especiales. Han sido unos días en los que hasta los más mayores han vuelto a ser niños jugando a la mismísima rayuela o intentando aprender eso del “peto, dito, mano” por ejemplo. He intentado plasmarlo en 37 folios, fotos a parte, pero me ha sido imposible. Es algo que por mucho que haya querido no me ha resultado factible.

Es cierto que he traído a la memoria de los protagonistas recuerdos que para siempre quedaran grabados a fuego en nuestras retinas porque estos son los viajes que uno nunca olvida. Es posible que hayas vuelto a Roma otra vez, pero nada lo hará tan especial como estos campamentos. Quizás los protagonistas de esta historia no hayamos sido nosotros y hayan sido los niños como Svetlana y Mirko, por poner solo dos ejemplos, la que la hayan hecho tan especial.

Dicen que las palabras se las lleva el viento, y es por eso que durante el verano de 2016 decidiera empezar con estos especiales que hoy llegan a su fin. No sabéis lo que ha significado para nosotros- y creo que puedo hablar en nombre de todos- esta experiencia. No os lo podéis ni imaginar.

Durante estas semanas he intentado reflejar lo más jocoso y los recuerdos más divertidos que tenía de nuestra estancia en la Ciudad Eterna, pero las cosas importantes de verdad se nos han quedado en el tintero. Vale que la amistad que hemos tenido creo que la he sabido reflejar, pero nada es comparable. Si no lo vivís jamás lo llegaréis a comprender.

Es el último y por eso siento tanta nostalgia. Sé que de cada uno de nosotros depende que esto siga vivo, y es que personalmente creo que muchas veces al cabo del año nos acordamos de esas personas que han significado tanto para nosotros. Para mi, vosotros también habéis significado mucho, y es por ello que me gustaría dedicaros a continuación un par de lineas a cada uno. Si me dejáis me voy a poner un poco cursi.

Si os digo la verdad me da igual por quién empezar porque todos habéis marcado un antes y un después en mi vida. Es verdad que unas personas me han marcado más que otras y quizás el segundo año fue clave para entender aquello. Me refiero, como podéis intuir a mi Mery y a mi Leti, dos amegas a las cuales no podría estar más agradecido por haber sido tan importantes en mi vida y por seguir siéndolo. No os voy a decir que no concebiría mi vida sin ellas, pero sería extraño. Le doy tantas gracias a la vida por habernos puesto en el mismo camino… Bufff… Os quiero tanto a ambas… Creo que mis felicitaciones dan fe de ello año tras año.

He intentado que cada frase sea un sentimiento y que cada palabra refleje un momento, pero no se si he tenido la habilidad de lograrlo o no. Sería imposible definir a cada uno de estos AMIGOS con una sola palabra, pero lo voy a intentar.

Durante el primer año en Roma vi a una Marta (Ciaurriz) perseverante, relativamente seria, pero que siempre tenía una sonrisa cómplice que regalarte. Los años han pasado y hemos perdido contacto, a pesar de que hayamos hablado más de una vez de nuestra profesión- que aunque no ejerzamos, ambos somos maestros, parecía mentira por aquel entonces...- ¿Quién nos iba a decir que aquellos chavalines de 17 y 18 años, ahora con 23 y 24 se convertirían en maestros de infantil y primaria? Personalmente pienso que ambos hemos mejorado (algunas más que otros) y no solo me refiero al ámbito profesional y al personal. Ya me entendéis. Permíteme el piropo Marta.

Y de Marta a Marta, a Marta Tapia concretamente. ¿Y que podría decir de ella? ¿Una palabra solo? Jovial, feliz… No se... siempre con un sonrisa entre los dientes. Todo el rato a bromas y una chica a la que echo mucho de menos. Han pasado cuatro años desde que nos viéramos en fiestas de Tafalla por última vez y desde que Christian le regalara el anillo de colorines en San Fermín, como yo hice con María.

Christian. “Compañero” se quedaría cortísimo y “majo” también se quedaría corto. Os hecho de menos a todos, pero a mi compañero de litera del primer año de una manera especial. Si os soy sincero me quiere sonar que hablábamos cada noche, la cosa es que no sabría deciros de qué a parte de de La que se avecina. Lo que bien sabéis es que no me podía ir a la cama si no nos íbamos los dos a la vez. Y no penséis mal, ya que hay ciertas fotos a traición que espero que nunca vean la luz. (Por el bien de todos, no solo por el mío… Jajajaja).

De Manu podría decir tres cuartos de lo mismo. Congeniamos genial desde el primer momento y es alguien a quien también echo de menos a pesar de que hablemos cada semana. Lo que le he dicho a Chris se le podría aplicar de la misma manera al guineano.

A David lo podríamos definir como el guapo- aunque también se me quede corto-, el que salía en todas fotos y en las que el jodido salía bien en todas. ¿Qué más? Amante de los anímales en general- de su perra más concretamente- y alguien que siempre estaba dispuesto a echarte una mano. También me acuerdo mucho de ti.

De María Fernanda también tengo muy buenos recuerdos. Recuerdos como el día en que le tuve que dejar mi tarjeta telefónica para que llamara desde una cabina o los ratos hablando de nuestras cosas. La última vez que la vi fue hace tres o cuatro años en la uni. ¿Será ya abogada? Posiblemente sí.

Supongo que nunca es posible conocer del mismo modo a todas las personas y quizás fue eso lo que me pasó con Dani y Jeanpi. Con la primera sí que compartí algún que otro ratito y con el segundo al ser tan reservado no hicimos tanta relación.

Por último también me gustaría hablar de Javier Ecay, de Koldo, de tita Ana, de Uxua y de Rosalía. Al primero es a una persona a la que admiro mucho. Hace tiempo que estuvo como cura en Carcastillo y más de una vez me lo he encontrado por allá en fiestas con el padre Koldotxo. Con Ecay todo han sido risas y la mayoría de los momentos no te los podías tomar más que a broma. Con Koldo tres cuartos de lo mismo. Un pelín más serio sí queréis porque lo veo más a menudo celebrar misa y parece más serio, pero no os fiéis mucho. Muchas bromas compartidas en Roma a lo largo de 15 y 15 días (por los dos años). Serio cuando debía y bromista cada vez que había ocasión.

A Uxua no me atrevería a describirla con una sola palabra porque me quedaría corto, lo que sí que me gustaría es que nos recordara la canción que le cantamos a Ecay durante el primer año en el último ratito de oración matutina que tuvimos.

De tita Ana os podría decir mil cosas, pero esa sensación a la hora de compartir un ratito con ella es indescriptible. Siempre dispuesta a echarte una mano (cuando no las dos), siempre con algún chascarrillo como el de “no me lo puedo DE creer” que se me ocurre ahora. Si la tuviéramos que definir con una palabra sería “increíble”. Y “guapa” ¿porque no decirlo?

Y Rosalía, ay Rosa… ¿Que podría decir de esta gran mujer? Yo creo que a lo largo del segundo año se ha visto la amistad que hemos hecho ambos y siempre tenemos una gran satisfacción cuando nos vemos. Menos de lo que nos gustaría, pero cada uno va a una parroquia y eso dificulta el contacto. Me parece imposible describirla con una palabra, pero si algo era era “grande”, pero muy mucho, no os imagináis cuanto.

Que pena me da acabar esto. Han sido 17 viernes tan felices recordando lo bueno y lo mejor de estos dos años en Roma. Y como dijo hace tiempo una de las protagonistas de estos especiales “el valor de las cosas no está en el tiempo que duren, sino en la intensidad con las que sucedan. Por eso existen momentos inolvidables, cosas inexplicables y personas incomparables”. Gracias.

¡Hasta siempre Roma!



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