De maestro a maestro
De un “casi” maestro (servidor) a otro “casi” maestro también (Gálvez)
Así con
estas palabras terminaba la introducción del programa del viernes pasado y así
empiezo el programa de esta noche. Pensaba titularlo “Rectificar es de sabios
(y II)”, porque tras el análisis de la primera carpa de este curso me vi en la
necesidad de disculparme. Esta vez, la gente que se ha debido de sentir
“ofendida” no me ha escrito y es que es posible que hayan pensado eso de “no
hay mayor desprecio que no hacer aprecio”. Me han escrito personas a las que
les han parecido mal las palabras que les he dedicado a otras personas, pero
eso no me ha afectado.
Lo que me ha
jodido- y perdonadme la palabra- es que me haya tenido que enterar por cuartas
o quintas personas de lo que se ha dicho de mi a mis espaldas. Y vale que puede
no haya sido muy correcto que me hayan pasado conversaciones- a pesar de que
haya personas que también me hayan dicho que no-, pero me parece menos correcto
que no se me hayan dicho las cosas a la cara. La gente no me ha pedido
rectificación ninguna así que es por eso que no me veo en la necesidad de pedir
perdón. Asier Madinabeitia me comentó en el programa que escribí sobre la primera
carpa, que no entendía porque debía pedir perdón, y ahora no veo la necesidad.
Pero siempre
que hay una de cal, hay otra de arena, y me gustaría agradecer públicamente a
Amaia González de Echávarri, a Saioa Gonzalo y a Rakel Mendioroz entre muchos otros
la amabilidad de sus palabras y el apoyo prestado. Hubo gente que me criticó
por cosas que dije solo por Rakel, y algo por lo que ella no se disgustó; ni
mucho menos. He recibido críticas de una persona solamente y en cambio, las
palabras de amabilidad han sido de cuatro personas (Saioa, tu me entiendes),
así que voy a “darle”- como quien dice- a esta nueva edición una vez hecha esta
aclaración.
(…) Pero
casualidad o no, hoy de la persona que voy a hablar es del presentador de Pasapalabra,
Christian Gálvez con el que el miércoles tuve un pequeño encuentro y me fue muy
satisfactorio.
Dice Juan
Solo que la gente siempre emplea la palabra “majo” para referirse a él. Y la
verdad es que sí, es majo. Más aún. Supongo que tendrá defectos como todo el
mundo, (quizá se deja la tapa del retrete levantada u olvide echar la botella
vacía de leche en el contenedor del plástico…) vete tú a saber. Pero os doy mi
palabra de que es tan cercano, simpático y generoso como se muestra en
pantalla. Esto ya se lo dije a él en persona. Y aquí lo corroboro. Es tan
cercano que se pone a hablar contigo como si te conociera de toda la vida, y
que le da igual que haya 100 personas esperando detrás tuya, tiene un pequeño
rato para compartir con cada uno.
Por lo
tanto, ya que estamos hablando de Pasapalabra- y
como vuelve a decir Juan Solo- y cada vocablo es de una importancia vital, me
parece injusto decir que Christian Gálvez sea majo; los bares están llenos de
gente maja, los trabajos, las pistas de baloncesto un domingo por la mañana…
No, cuando nos refiramos a él deberíamos ser honestos y admitir que, además de
carisma, posee un talento enorme.
Lo primero
que personalmente me sorprendió fue que nos saludos con un “Arratsalde on eta
ongi etorri”, luego cuando hablé con el no se me ocurrió contestarle en
euskera, porque es posible que gracias a Almudena Cid, su mujer, haya aprendido
algo, pero tampoco era el momento de ponerlo en aprietos.
De lo mas
destacable de su conferencia podríamos hablar del momento en el que comparó a
Da Vinci con Michelangelo, pero la gente se quedó con el símil que puso
haciendo referencia a Cesar Cruchaga y al Cuco Ziganada.
Luego, también le echó “partes pudendas”- que lo utilizó
él en más de una ocasión- cuando decidió introducir mediante photoshop a Ylenia
en el “Juicio Final” de Michelangelo y al decir que en ese cuadro (el cual
podéis ver encima de estas líneas) Dios parecía un tronista de Mujeres y
hombres y viceversa ya que aparecía sin barba, con el torso descubierto y con
una postura un tanto sensual, poco propia a las que nos tienen acostumbrados.
También
habló de ídolos y referentes y explicó la diferencia que hay entre ellos. Dicho
grosso modo, el ídolo es alguien perfecto al cual admiras pero del cual no
puedes aprender nada. El referente en cambio, es una persona a la que también
admiras pero la cual tiene sus defectos, y a pesar de ellos, la admiras y
puedes aprender de ella. Yo me quede con eso, si no es así, Christian, te
agradecería que me corrigieses.
Después
también llego el turno de preguntas y dejando a un lado la sabiduría de cierta
mujer- la cual supo contestar correctamente una pregunta que le hicieron a
Gálvez y que hasta el propio presentador no recordaba-, me gustaría destacar la
inocencia con la que una niña rubia de la primera fila le dijo lo siguiente al
de Móstoles: “Si Pasapalabra lo haces en Madrid, ¿hoy lo vas a hacer en
Pamplona?”. Risa general del público y muchas carcajadas por pare de Gálvez el
cual le tuvo que explicar a la niña que se estaba riendo con ella y no de ella.
Dijo que le parecía que lo tenía grabado, pero no se si la niña se quedó muy
convencida. En lo que sí que quedaron es que un día que pasaran por Madrid él
la invitaría a los estudios Picasso para ver como lo hacen.
Hubo tiempo
para algún comentario más y otra mujer fue a que le dijo que le gustaría que le
firmase el libro a nombre de su madre, recientemente fallecida y que a ella le
hubiera hecho mucha ilusión conocerlo en persona. Christian tan”majo” como
siempre le contestó diciéndole que estaba seguro de que algún día la conocería
y ahí fue el momento en el que no se me ocurrió preguntarle si creía en Dios-
fuera en el que fuera-, en la reencarnación, o en algo por el estilo. Nos dio
carta blanca para que le preguntáramos sobre lo que nos pareciera, tanto de sus
libros, de la televisión, de su mujer… La pregunta que me quedó en el aire fue
la siguiente: ¿Cuando vas a convencer a Almudena para que seáis padres? En la
última visita que hizo la exgimnasta al programa, no estaba muy convencida y
desconocemos en que punto se encuentran “las negociaciones” a esta altura de la
película. Jajaja.
La gente aún
se estará preguntando por el porqué del título y del subtítulo, pero lo voy a
explicar. Los que me seguís semana tras semana buenamente sabréis que este año
acabamos la carrera y aunque tengamos trabajo o no seremos maestros. Graduados
en maestros de Educación Primaria en euskera. Christian en su día empezó a
estudiar Magisterio, pero luego lo cambió por las Bellas Artes. Siempre ha
tenido palabras bonitas para esta profesión- tan poco valorada en nuestro país
y tan importante-. Las últimas palabras de las que disfrute alabando esta
profesión fue cuando el también maestro (en todos los sentidos) Pablo Pineda
Ferrer, visitó como invitado el plató de Pasapalabra haciendo de padrino
del ya mítico Súper Jero Hernández.
Mi hermano
Iñaki, hace unos días, me reveló un mensaje que les diría a todos aquellos que
han elegido esta carrera, porque su media no les daba para entrar en la carrera
que ellos querían: ¿De verdad os
gustaría ser maestros en un futuro? Tened en cuenta que vamos a ser los
educadores de los empresarios, económicos, médicos… que van a sostener nuestro
pís y el mundo en un futuro. Si de verdad queremos ser maestros tendremos que
estar implicados con nuestro trabajo y eso será fundamental para que nuestro
trabajo nos llene de orgullo y podamos decir con la cabeza bien alta eso de “yo
soy maestro”.
De los
chascarrillos que comenté con Gálvez podría comentar dos. Lo primero que le
dije fue que echaba de menos una frase que decía antes cuando se despedía:
“hablar bien es gratis, así que no me sean tacaños”. Y entonces fue cuando me
contó que una niña, hace un tiempo, le había dicho que echara besos al final
del programa- como hace ahora cada día- y esa niña pensaba que eran para ella.
Respecto a la oración, me dijo que era difícil volver a introducirla. Parece
ser que los besos tienen más fanes (y aunque os suene mal es correcto; el
plural de “fan” es “fanes”, no “fans”).
Otra de las
cosas que le pregunte es el porqué había pasado de desear “suerte” a decirles
“éxito” a diferentes concursantes y la explicación fue clara: durante los casi
10 años que ha presentado Pasapalabra, ha ido creciendo como persona y
se ha dado cuenta de que la suerte no existe, y que por eso él cree que es para
os mediocres. Ayer mismo Gálvez tenía alabras de agradecimiento para Jordi
Rebellón, a lo que el actor le respondía que “cada uno recoge lo que siembra”,
y no podía estar más de acuerdo con él.
Voy a ir acabando ya, y de nuevo agradeciéndole sus
bonitas palabras y diciéndome que el placer había sido suyo al conocerme a mí.
Lo primero que me gustaría decirle es que he leído 100 páginas largas de Rezar
por Miguel Ángel, y que aunque al principio no me hubiera hecho mucha
gracia cada vez me está enganchando y gustando más. Y no podría acabar sin
decirle algo que se me olvido: muchas veces cuando llega el momento de la Pista
musical, una amiga y yo jugamos a través de WhatsApp haciéndonos audios que
no tienen precio. Y como te dije, más de una vez me has deseado éxito a través
de Twitter y quizás es por eso que me pidieras que te deseara éxito para esta
novela. Estate y dalo por seguro de que lo vas a tener.
Y a todos ustedes
lo dicho, gracias por estar ahí, porque como suelo decir, esto sin ustedes al
otro lado, sería imposible y no tendría sentido.
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