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Mostrando entradas de febrero, 2023

Un viernes sin "TEVDA" (I)

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  Y no pasa nada. Hay días en los que me arrepiento de tener excesivas palabras para las pocas cosas que cuento, y es que- como muy bien dicen mi abuela paterna y mi prima la pequeña- es increíble la cantidad de folios que puedo rellenar sin concretar nada y sin hablar de un tema hecho y derecho.             Y no es por falta de historias.             Soy consciente de que llegará un momento en el que no tendré qué escribir, qué contar, y puede que llegados a ese punto, este blog se convierta en post llenos de filosofía y profundos sentimientos en los que más de una vez me ha dado por ahondar y escribir.             Que sí, que soy consciente de que son los que más os gustan, pero también son los más complicados de escribir. Esos para los que te sientas una tarde y, tras siete días, ves que apenas has avanzado u...

Sin querer hablar de "You"

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                 Peeero...             Hace unos meses mi amiga Leire Muñoz decía en la última entrada (hasta el momento) de su blog que no tenía nada relevante que contar y es un poco lo que me pasa esta noche a mí. Es cierto que hay veces que sentarte a darle a la tecla es terapéutico, pero otras veces te ayuda más sentarte en el sofá y ver algo que de verdad te ayude a evadirte un poquito de la realidad.             Estos últimos días (y es por eso que me he sentado a escribir a 24 horas de publicar esto) los he dedicado- entre otras cosas- a ver los primeros cinco capítulos de la cuarta temporada de You ; la serie de Netflix protagonizada por Penn Badgley dando vida a Joe Goldberg.             El viernes pasado cuando le fui a decir a mi am...

Seguimos educando

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  Hay niños que cuando les preguntas en un taller qué es lo que escuchan, ellos te responden que el silencio- algo que tú ni siquiera te habías planteado-. Hay otros que piden silencio porque no escuchan lo que estás diciendo y, hasta el momento, les ha parecido interesante y curioso;   te da la impresión de que quieren aprender. Lo primero te emociona porque te lo dice una niña de seis años; lo segundo te llega porque te lo dicen alumnos de 11 y de 12.            Echo de menos sentarme a conversar con ellos, que tengan esa confianza (como la de los alumnos de 6º del Alaitz conmigo) que solo te la da el tiempo, para que me cuenten sus historias (a pesar de que ya se sabe que hay críos que conectan contigo con solo mirarlos), sus problemas, curiosidades e inquietudes; poder ser cómplices. Y lo echo de menos porque los talleres del proyecto educativo de la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona no ofrecen esa posibilidad que lo críos (y también y...