Un cumpleaños diferente
Pasan siete minutos de las 20.00h y en mi casa hay un silencio abrumador. El salón está vacío, no se oye el brindar de las copas ni las carcajadas de otros años. La cocina tiene la placa apagada, el horno se encuentra en stand by y la freidora est á guardada en su sitio sin unas croquetas que hacer. Es 22 de abril de 2020 y no ha sido un cumpleaños “ relativamente al uso ”. Normalmente a estas horas mi casa estaría llena de familiares con los que compartir una buena mesa y anécdotas para llenar un libro y, por l a tarde nuestro piso hubiera sido un ir y venir de amigos y conocidos que se hubieran acercado a tomar un café con pastas o su trocito de tarta correspondiente. Pero como bien me ha dicho tita Ana hace unas horas “quedá pendiente”, por supuesto. La cama de mi cuarto- no me preguntéis porque siempre mi cuarto ha hecho de guardarropa para los invitados- no se está llenando de abrigos. Mi madre no ha hecho su famoso pastel de puerro con gambas que triunfa...