Partir de cero

 

Aprovechando que el Molino de San Andrés está tranquilo con respecto a las visitas, me he sentado en una de las mesas del bar con el portátil a ver si se me ocurre algo que contaros para dar inicio a la nueva temporada.

Me he sentido hasta tentado de copiar y pegar lo que os dije al inicio del curso pasado porque en septiembre todo son promesas. Pero releyendo aquel artículo me he dado cuenta de que no he sido capaz de escribir ni la mitad de las cosas que me propuse, así que me he dicho a mi mismo… ¿para qué?

Total, que he cambiado de idea y este curso no voy a prometeros nada.

Mientras tecleo y escucho pajarillos y demás animales de todo tipo, me pregunto dónde tenía yo puesta la atención en las clases de Conocimiento del medio, porque de verdad que me siento como un marciano que no conoce las especies del planeta Tierra. Para mí son todos ‘pájaro común, pez común e insecto común’. Es cierto que cada vez menos, pero bueno...

Desconozco si las pocas personas que pasan en estos momentos a escasos metros de mí se preguntan qué hago. Un chico solo, en un sitio así, con un ordenador portátil, un chaleco azul pitufo, y la tez un poco amarilla, con una chepa pronunciada y ojos intensos. Me pregunto si se preguntan- valga la redundancia- si escribo un libro en estos momentos, si todo esto es postureo y solo tecleo sin sentido, o si escribo a alguien en concreto.

También es posible que nadie haya reparado en mí. Y con esto no quiero decir que me considere invisible, sino que el promedio de atención que alguien deposita en nosotros no suele superar los tres segundos (y creo que me estoy pasando con el dato). Para la gran mayoría de personas somos una publicación que se esfuma, un vídeo que se abandona en el segundo dos, una cita que no se recordará de aquí a un año. Por este motivo, todo lo que antes me daba una vergüenza terrible, ahora me da bastante igual. Los ojos que se posen sobre mí ahora me habrán olvidado en medio segundo. Por este motivo, por tantos otros, por tantas horas perdidas, creo que es más importante que nunca que seamos nosotros mismos.

Será por eso por lo que este viernes he decidido volver a 2014 y empezar de nuevo a escribir lo que me da la gana. 2014, cuando todo daba igual, cuando te leía tu familia y poco más, cuando no nos hacíamos fotos a cada instante, cuando no nos comunicábamos por reacciones a historias. Y es que, como dijo Picasso “para ser original hay que volver al origen”. Y ese es el objetivo para este curso.

El verano ha dado para mucho, pero ya hablaremos más adelante.

Arranca la temporada 16 del TEVDA.

Volvemos a las andadas.

Bienvenidos; bienvenidas. Partimos de cero.

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