"Pedazitos" de vuelta (III)

 ESCÚCHALO EN LA VOZ DE SU AUTORA PINCHANDO AQUÍ


Soy consciente de que va a sonar a topicazo, sobre todo porque la escritora de esta noche ya sabía que iba a decir que me hacía mucha ilusión que ella escribiera sobre mi y todas esas cosas. Pero es verdad. No os hacéis la idea de lo qué supone que hoy esta chica escriba sobre mi. Y no solo que escriba, sino que forme parte de mi vida y sea tan importante. ¿Quién nos lo iba a decir hace apenas dos años?

Sé que las expectativas que tenéis son muy altas, así que no me voy a largar más. Si os gusta la mitad de lo que me ha gustado a mi, será todo un éxito.

Hola a todxs, otro viernes más ¡José Julio llega a nuestras casas! Y esta vez le acompaño yo, Raquel Espuelas.

Tras meses de estar en debo con él, aquí llegan mis palabras sobre esta gran persona. Aunque he de decir que después de todas las veces que me ha recordado que le dije que le escribiría un artículo y todavía no se lo había mandado, cuando por fin me pongo a ello, me informa que tardará meses en ver la luz… ¡Hasta he tenido que escribir una actualización porque lo que escribí inicialmente se ha quedado desfasado!

Vayamos al lío, ¿Porque qué es lo que os voy a contar en este artículo? ¿Qué nos une a José Julio y a mí? ¿Cuál es nuestra historia? ¿Guardamos algún secreto que va a salir a la luz? Leed hasta el final y lo descubriréis.

Comencemos por lo típico: ¿Cómo nos conocimos?

Yo conocí a José Julio hace unos cuantos años (no diremos cuántos porque soy aún muy joven) en la parroquia. Como ya se ha contado en otro artículo (aquí), me uní al grupo de los Pablos y José Julio que se reunía los miércoles cada 15 días o una vez al mes en el que se hablaba más del partido de fútbol de la Champions, o de la competición que tocase, que del Evangelio.

Yo fui un poco intermitente en ese grupo y no fue hasta hace unos pocos años que volvimos a reunirnos en la parroquia en el grupo de jóvenes, que todavía lucha por sobrevivir.

Desde el reencuentro ha habido muchas reuniones sin confianza, un café revelador, unas convivencias que supusieron un paso importante, paseos, recomendaciones de libros y películas, excursión al castillo de Irulegui y muchas cosas más que no me van a caber en estas dos páginas.

Pero bueno vayamos a lo concreto… Yo a José Julio le llamo José Julio porque me sale así. No sé si a él le gusta, pero a mí me parece precioso usar los dos nombres que le pusieron sus padres. Como dice el sobrino de cuatro años de un amigo mío: “¡Qué suerte tener dos nombres! Yo de mayor también quiero un segundo nombre porque mola más” Aquí he de remarcar que me parece curioso que en “PedaZitos de vuelta I” José Julio es Julio y en “PedaZitos”de vuelta II” es Jose; pues en el III eres José Julio.

Recuerdo cuando empecé a leer este blog y me daba cuenta de que me permitía conocer un poco más al reservado y pragmático José Julio. Tienes talento para esto de la escritura y ¡enhorabuena por el éxito que te has ganado!

En este tiempo de pandemia donde por todos lados recomiendan disminuir los contactos sociales, tú sigues siendo uno de los pocos con los que quedo y doy un paseo (por supuesto free Covid, ahora que estás vacunado aún mucho más seguros). ¡Gracias por escuchar siempre y por no hablar siempre!

Sé que todos estáis esperando un momento de cotilleo en el que desvele algo de José Julio, pues comencemos por una anécdota. Para los que no lo sepáis os diré que a José Julio no le gusta llevar chándal y que me alegró un día soleado en medio de una semana de lluvias… Bueno todavía me acuerdo y me crece la sonrisa en la cara.

Y ya que estamos, voy a contar la vez en la que le invité a una excursión facilita cerca de Pamplona. Fuimos Laura, él y yo y les advertí que llevasen calzado de repuesto porque podía haber barro ya que había llovido toda la semana. José Julio vino en vaqueros y protagonizó el mejor momento de la excursión. Al inicio de la ruta las opciones eran: hacer una circular subiendo por el cortafuegos con barro o subir y bajar por el mismo camino que es menos bonito. Tras un “no hay huevos”, José Julio por supuesto decidió que haríamos la circular. A mitad de la subida por el cortafuegos oí que alguien se caía y al girarme vi a José Julio besando el suelo y tras comprobar que estaba bien, Laura y yo nos echamos a reír. Lo mejor (para nosotras) fue que al levantarse, se cayó otra vez y esta vez lo vimos en vivo y en directo. A raíz de ir lleno de barro hizo amigos en el camino. De ese día me queda una enseñanza: ahora sé que nunca volverá a aceptarme una invitación a ir al monte.

(Os prometo que hay fotos, pero estas las censuro yo)

“¿Estáis José Julio y tú juntos?” Esta pregunta me la han hecho varias personas. La respuesta es que sí estamos juntos (…)

Y aquí concluía la promo que tanto ha dado que hablar estos días atrás. Hoy, ya podéis leerlo completo:

“¿Estáis José Julio y tú juntos?” Esta pregunta me la han hecho varias personas. La respuesta es que sí estamos juntos en la comunidad de jóvenes de la parroquia, pero que no somos pareja. (Para desgracia de todos los que lo esperabais) Cada vez que alguien pregunta este tipo de cosas yo pregunto: ¿Un chico y una chica pueden ser solo amigos, sin que ninguno de los dos quiera nada más? Yo creo que sí y no quiero explayarme porque este tema da para una serie de artículos. De todos modos, os lanzo la pregunta ¿vosotros qué opináis? Podéis escribirle a José Julio y que recoja las distintas opiniones en otro artículo.

Mi opinión os la di en un artículo que podéis recordar pinchando aquí.

Bueno, la verdad es que yo no conozco mucho a José Julio; seguro que la mayoría de los que estáis leyendo esto sabéis más cosas de él que yo, pero comparto con él algo que creo que nos hace ser como somos: la fe. Eso me une a él de una manera especial para mí.

De los momentos semanales (o quincenales o mensuales o bueno de cuando no sabemos muy bien por qué finalmente conseguimos juntarnos) de los sábados me quedo con la sinceridad y transparencia de José Julio. Todos sabréis que no tiene pelos en la lengua y siempre dice lo que piensa. Poco a poco voy conociendo su vida y su vivir la fe y me siento muy afortunada por ello.

Llega el momento de revelar nuestro secreto, sé que todos estáis esperando algo muy jugoso. Pero, como soy una chica muy reservada, no os lo voy a contar porque dejaría de ser nuestro secreto así que queda para otra ocasión.

Tenemos pendientes muchas cosas por vivir; por ejemplo, ir a Roma juntos. Estoy segura de que seguiremos compartiendo momentos en los que no sabremos qué decir, momentos tristes, momentos felices, momentos difíciles… pero lo más importante: que compartiremos VIDA.

Gracias José Julio por estar ahí siempre y aquí cada semana.

¿Y qué puedo añadir yo a esto? Pues lo de siempre… que tras tres especiales publicados y otro en el horno me gustaría leer lo que Aitziber Leoz, Laura Antón, María Romero, Manuel Owono, Rakel Mendioroz, Amaia González de Echávarri, Iker Ibero, Mikel Martínez, Íñigo Urtiaga, Laura Samayoa, Iñaki Aranaz y María Gárate puedan decir sobre mi. De veras.

Volvemos la semana que viene con la tercera y última parte sobre la historia de la Carpa Univesitaria de Pamplona.

¡Muy feliz fin de semana familia! Gabon.


Raquel Espuelas y Joseju Aranaz (@jjaranaz94)


Comentarios

Entradas populares de este blog

Mariposillas en el estómago (o algo así)

A mis abuelos; a los cuatro

"Alba" (crítica)